En el año 2022, en un futuro distópico, la ciudad de Nueva York
está habitada por más de 40 millones de personas, físicamente separados
en una pequeña élite que mantiene el control político y económico, con
acceso a ciertos lujos como verduras y carne --sin ir muy lejos la producción de cacao hoy en 2014 ya esta en riesgo de desaparición--, y una mayoría hacinada en
calles y edificios donde malvive con agua en garrafas ( sin servicio de agua corriente ), y dos variedades
de un producto comestible: soylent rojo y soylent amarillo, que son la única fuente de alimentación, ya que la producción de alimentos naturales se ha extinguido por el efecto invernadero. La compañía Soylent es una empresa que fabrica y provee alimentos procesados de concentrados vegetales. Soylent verde es el nuevo producto alimenticio sacado al mercado, basado en plancton, según la publicidad de la empresa... mas un ingrediente secreto, seguramente solo para dar sabor.
Esta es una reseña de la trama de la Película: Soylent Green del año 1973 protaginizada por Charlton Heston, lo expresado en la lineas subsiguientes es una reveladora nota de cuan cerca vivimos del IV Mundo, un mundo que esta alli y tercamente no queremos ver, tal como la Tercera Guerra Mundial que parece haber empezado ya.
El cuarto mundo es esto: pobreza extrema a tan solo 12 km del centro de Madrid
El asentamiento chabolista de El Gallinero, en Madrid, concentra a
cerca de 300 niños rumanos gitanos cuyos "derechos se vulneran de manera
sistemática"
El índice de pobreza humana del poblado alcanza al 93% de la población, mientras que en Madrid es del 10,7%
La probabilidad de que los menores no alcancen los 60 años es del 98%; la media española es del 7,8%
El índice de pobreza humana del poblado alcanza al 93% de la población, mientras que en Madrid es del 10,7%
La probabilidad de que los menores no alcancen los 60 años es del 98%; la media española es del 7,8%
No tienen agua corriente en sus casas. Van con
carritos cargados de bidones hasta un extremo de su asentamiento, donde
una única fuente les proporciona el agua para beber, ducharse y cocinar.
También carecen de duchas y como retrete sirve cualquier rincón
escondido, en la calle. Las viviendas suelen tener unos 15 metros
cuadrados donde viven una media de seis personas. No es Etiopía ni
Nigeria, "aunque su situación se asemeja más a estos países que a la
vida de los niños madrileños", apunta Ana Sastre, de Save the Children.
La ONG ha documentado junto a la Universidad Pontificia Comillas el día a
día de los niños en el poblado chabolista de El Gallinero, a 12
kilómetros del centro de la capital.
Las ratas y
serpientes quedan rodeadas por un círculo rojo. También la basura. Las
casas, por uno verde. El equipo que ha elaborado el informe Los Derechos
Humanos también son cosa de niños. La situación de la infancia en "El
Gallinero" entregó a los niños estas pinturas para que marcaran los
elementos amenazantes, que les parecían peligrosos en dibujos.
El Gallinero es un asentamiento chabolista donde habitan alrededor de
435 personas de etnia gitana y nacionalidad rumana, de los que 298 son
niños. Acotado por varias carreteras y la vía del AVE "llama la atención
por el aislamiento", indica Fernando Vidal, director del Instituto de
la Familia (IUF) de la Universidad Pontificia Comillas.
Los testimonios de los niños recogidos en los grupos de discusión y en
las entrevistas individuales dejan por escrito sus miedos. Una niña
señala su oreja. "Por aquí y por aquí", contó mostrando sus muñecas a
los responsables del informe. Son los lugares por donde los ratones
"comen por la noche" a los niños pequeños. Otro pequeño no quiere ir por
ciertas zonas, llenas de basura y todo tipo de restos. "Nos manchamos
las manos de caca cuando nos caemos", recoge el estudio. Cuando les
preguntan qué cambiarían de El Gallinero, un niño resume en que "lo
haría... normal". Con agua en su casa. "Y duchas", apunta.
El estudio recoge diferentes
experiencias, en boca de los menores, para conocer "las percepciones
subjetivas de los niños y cómo ven sus oportunidades", explica Carlos
Pitillas, profesor del departamento de Psicología de la Universidad
Pontificia Comillas. La conclusión: "Estamos ante el peor de los
escenarios", afirma Ana Sastre. "Casi 300 niños ven vulnerados sus
derechos de manera sistemática", continúa la responsable de
Sensibilización de Save the Children, con índices de pobreza y exclusión
a años luz de la media española.
El estudio toma el
Índice de Pobreza Humana (IPH) propuesto por el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo, que deja enormes desigualdades. La
probabilidad de que los niños que habitan el poblado no lleguen a los 60
años es del 98%. "En España, la media es del 7,8%", apunta Ana Sastre.
El porcentaje de analfabetos funcionales en la población en edad de
trabajar es un 78%, mientras que la media nacional "no supera el 11". En
total, el IPH asciende en El Gallinero al 93%, muy alejado del 10,7% de
Madrid.
"La intervención no está funcionando"
El informe valora la intervención del Ayuntamiento de Madrid para
acabar con el chabolismo y mejorar la vida de estos niños. Entre los
éxitos, la escolarización de los niños, que alcanza altos índices de
asistencia. Sin embargo, con motivo del Día de los Derechos Humanos (que
se celebra mañana, 10 de diciembre), Save the Children y la Universidad
Pontificia Comillas exigen mayores esfuerzos. "Hay que hacer algo
diferente porque la intervención no está funcionando", apunta Ana
Sastre.
Las familias de El Gallinero no acceden a
muchas de las ayudas públicas a las que tendrían derecho, como la renta
mínima de inserción (RMI) o la ayuda por hijo a cargo, simplemente por
problemas administrativos. Un problema "transversal" radica en que
muchas personas no están empeadronadas y eso las excluye de diversas
ayudas. "Solo 13 de las 95 familias de las que tiene registro el
Ayuntamiento reciben la RMI", dice Ana Sastre.
Las
medidas específicas tampoco han dado los resultados esperados. Después
de 8 años, solo cuatro familias han participado en el programa de
realojo del Ayuntamiento, según recoge el informe, y dos de ellas han
regresado al asentamiento más tarde. Los desalojos y derribos de las
viviendas se producen sin una alternativa habitacional que acepten los
afectados por lo que la mayoría vuelve a levantar sus casas en el
poblado, entre cascotes y los restos de las viviendas que van cayendo.
El miedo y rechazo a la policía es
otra constante en los dibujos de los niños. Un tercio de los menores ha
sufrido algún desalojo en el último año y medio. Save the Children exige
al Consistorio que detenga los derribos de manera inmediata y elabore
un nuevo plan de intervención social que tenga en cuenta a la población y
a los voluntarios que se han ganado la confianza de la población de El
Gallinero. "Debemos revisar cuál es el procedimiento"
En la presentación de informe, Carlos M. Martínez Serrano, coordinador
de General de Familia, Servicios Sociales y Participación Ciudadana del
Ayuntamiento de Madrid, que acudió como oyente al acto, defendió la
política del Gobierno municipal. "Quizá la intervención necesaria es la
de esas familias que se resisten a abandonar el poblado", apuntó. En su
opinión, "los planes que sugiere Save The Children ya se están
haciendo". "Hay que desenmascarar el buenismo que hay detrás de El
Gallinero", concluyó.
Los responsables del informe
consideran que todos los actores implicados comparten el mismo objetivo:
una alternativa real para las familias, que garantice los derechos
humanos de los menores. "Nadie dijo que no fuera complejo, pero algo
está fallando en nuestra forma de ofrecer una alternativa claramente
mejor cuando no lo aceptan", concluye Fernando Vidal.
VIDEO un Pueblo de Cartón
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