Por el Muy Venerable Maestre Dr. SERGE RAYNAUD de la FERRIERE
Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferriere, Regente de la Gran Fraternidad Universal y Fundador de la Misión de la Orden del Aquarius, 1947
DEL BUEY APIS AL AGUADOR
ASTROLOGIA FUNCIONAL
Tanto en la religión como en todas las líneas del humano vivir, el pensamiento del hombre evolucionando a través de los siglos ya no se conforma hoy con afirmaciones sin pruebas. El espíritu crítico se ha desarrollado de tal manera que una religión cuyas enseñanzas comprendan únicamente afirmaciones no respaldadas por argumentos racionales parece anticuada, caduca y hasta se le reprocha a veces como un obstáculo para el progreso social.
Ciencia y Religión han llegado a separarse y la primera desprecia a la segunda, no obstante los esfuerzos de ésta para quedarse en la norma científica, aunque la Fe no puede en ningún caso mezclarse con el razonamiento, con el análisis y por consiguiente con la Ciencia. La fuerza de la religión reside en su inmutabilidad; sin embargo, la Iglesia ya no puede condenar los descubrimientos científicos tales como: la forma de la tierra, su movimiento alrededor del sol, la naturaleza de las estrellas, la antigüedad del mundo, etc. Debe sufrir por consiguiente variaciones en su enseñanza, necesidad que se impone en ella como las transformaciones en las especies vivas. Esta ley de sufrir una metamorfosis es el principio mismo de la vida; ¿y no es acaso la religión la vida misma manifestada en su forma más alta, la del espíritu? La religión ha tenido ya en el pasado, varios de estos cambios bruscos, pero los hombres al cumplir los nuevos ritos o al acoger la nueva forma religiosa, no se han dado cuenta de que era la misma que se transformaba, que tornaba revestida de un traje mejor adaptado a sus nuevas necesidades intelectuales y espirituales. En realidad, las formas sucesivas de la Gran Religión Tradicional nacida en Occidente hace algunos milenios, están todas unidas al mismo esoterismo que se encuentra inmutable a través de ellas, esoterismo que constituye el cuadro indeformable: la trama en que están construidas.
El que ha penetrado en las partes subterráneas de la Iglesia advierte que es sobre las mismas bases que se elevan sucesivamente los Templos en donde han venido a orar los hombres. Esto se dice tanto en el sentido figurado como en el sentido propio; en efecto el símbolo de esta frase cae bajo el dominio del Iniciado que comprende que todas las Religiones descansan sobre las mismas bases, sobre algunos principios, siempre los mismos, y que no se diferencian más que por manifestaciones exteriores según las concepciones relativas a las épocas y a los lugares. En el sentido propio, esto no tiene menos valor cuando se piensa en la Iglesia de San Clemente de Roma, edificada sobre una cripta antigua bajo la cual se encuentra un santuario mitríaco, o aún en la catedral de Chartres, cuya cripta contiene un pozo sagrado del tiempo de los Druidas; otra curiosidad es la catedral de Nuestra Señora de París, construida sobre una capilla de los Templarios. Y los ejemplos así, son numerosos.
En realidad, las fundaciones espirituales son invisibles y solamente algunos privilegiados están en posesión de las Claves de estos Grandes Misterios que rigen el mundo desde hace milenios.
Vamos a tratar de levantar el Velo sagrado, puesto que ha llegado el momento de preparar las Vías hacia la Nueva Era.
El exoterismo, esta parte de la enseñanza ofrecida al mundo, evidentemente no es más que una imagen, porque es necesario el sentido figurado para hacer comprender a los profanos los grandes Problemas. En la religión, las parábolas dan una parte de la luz preciosa de las Verdades y naturalmente la educación religiosa, compuesta de palabras sencillas, de explicaciones claras, concibe muy bien, por ejemplo, que es imposible explicar los misterios del casamiento a un niño de diez años.
En suma, el exoterismo es lo que se aprende corrientemente desde el catecismo de la parroquia hasta las aulas de la Universidad 1. El esoterismo, al contrario, es reservado a algunos privilegiados: Instructores, Maestros e Iniciados, estando sin embargo, autorizado a todo el mundo. "Buscad y encontraréis", se ha dicho. Esos conocimientos están reservados a algunos seres predispuestos, dicen algunos. Ello es falso. Hay que esforzarse para comprender el sentido oculto de las grandes enseñanzas. No todas las grandes verdades pueden ser divulgadas completamente, según reza el viejo adagio: "No deis margaritas a los puercos". En efecto, el buen juicio de los hombres hace falta. Evidentemente se encuentra la fe que no exige explicaciones, pero en este caso se trata de elegidos. Al lado de ellos hay quienes buscan, quienes dudan, y que no piden sino luz, y mientras no volvamos a la Escuela Iniciática de antaño en que la Ciencia y la Religión iban de la mano, el mundo se quedará sumido en la oscuridad de la ignorancia.
Sin embargo, henos aquí en una época calificada de Era Atómica y que deja entrever todas las posibilidades ignoradas hace apenas cien años, pero que podían muy bien ser perfectamente conocidas algunos siglos antes de Cristo.
Al hablar de Dios es al cielo que vemos, pues desde las primeras edades el hombre ha elevado sus miradas hacia la bóveda celeste, y es que las miríadas de estrellas han debido intrigarlo (sabemos ahora que existe como un centenar de millones, de las cuales 6.000 más o menos son visibles a simple vista).
Cuando uno se eleva hacia estos problemas, ¿cómo no extasiarse al encontrar tantos paralelos que nos hacen comprender la homogeneidad del Gran Todo? Macrocosmo y Microcosmo están estrechamente ligados y el Dr. Lavezzeri ya reveló las curiosas relaciones que existen entre la vida astronómica y la vida humana.
Las 72 pulsaciones del hombre de buena salud corresponden a los 72 años que emplea el sol para desplazarse un grado a través del cielo.
El corazón late 4 veces cuando respiramos una vez, es decir, que el número de respiraciones es de 18 por minuto, lo que corresponde a las 4 estaciones y a los 18 años de la nutación del eje terrestre bajo la influencia lunar.
En cuanto a las 25.920 respiraciones en 24 horas, nos hacen pensar en la precesión de los equinoccios, por el número de años del famoso gran Ciclo, al fin del cual las constelaciones cierran su vuelta Zodiacal; de allí derivan también las grandes Eras precesionales: ( años por signo) así de 4.320 a 2.160 antes de la era cristiana, el Ciclo de TAURUS simbolizó a Egipto, la Caldea, etc. Después vino la era de ARIES que transformó la religión: Moisés prohibió a los hebreos adorar el Becerro de Oro (el Buey Apis). La Era Cristiana corresponde al sol penetrando desde el año I de la era en el nuevo signo de PISCIS (¿No tenía Jesús este emblema?).
Naturalmente este simbolismo no es de una precisión absoluta, pero hay que hacer notar que grandes Ciclos marcan la historia de los pueblos.
Evidentemente la historia de la humanidad no está cortada en fragmentos iguales pues todo el mundo sabe que el Invierno entra un poco en la Primavera; que el verano se extiende a menudo sobre el Otoño; por consiguiente el hecho de pasar a otro signo no implica una renovación brusca; no obstante, todas las Grandes Civilizaciones están caracterizadas por este movimiento precesional, lo que hace decir a muchos que nos acercamos a la Edad de Oro.
La Era del AQUARIUS debe efectivamente simbolizar un ciclo nuevo de 2.000 años más o menos y marcar una renovación. Algunos se basan para enunciarla como consecuencia del descubrimiento de la desintegración del átomo, calificando nuestra época de Edad Atómica, lo que puede ser simbolizado por el planeta URANO que caracteriza los acontecimientos bruscos y gobierna justamente el signo del AGUADOR (Acuario).
Otros apoyan sus pronósticos en las Escrituras.
De la primera hipótesis de trabajo nace el problema astrológico para el cual ciertas aclaraciones se hacen necesarias. La astrología trata de los cuerpos celestes en su naturaleza y en su movimiento: es una Ciencia de los Mundos. Estuvo en boga en la Edad Media con Parecelso; luego con Kepler. Fue refutada por los racionalistas así como la Alquimia y las otras doctrinas ocultas. Sin embargo, no obstante todos los obstáculos, encontró nuevos adeptos ilustres en Napoleón y Goethe, para no citar más que a ellos.
La opinión corriente es que ya no se cuenta con adherentes serios. El público en general no conoce más que la superficie de las cosas e ignora muy a menudo que, además del montón de charlatanes presuntuosos, hay buscadores serios que trabajan en silencio.
No se trata aquí de hacer la apología de la Ciencia de los Astros, pero es necesario que el profano tenga una idea más exacta y clara de lo que generalmente se clasifica en el ocultismo.
La Astrología se divide en dos partes bien distintas: La primera basada únicamente sobre las matemáticas, puesto que se trata de establecer correctamente un esquema del Cielo para un momento dado, precisión que será consecutiva a las nociones de cosmografía, pero mientras esta primera parte depende únicamente del dominio de la Astronomía, cuando se trata de introducir los diferentes elementos la segunda parte recurre sobre todo como la Medicina, a una Tradición; en efecto, se trata de interpretar los aspectos formados por los elementos en juego, significaciones que hay que sacar según las configuraciones planetarias. Es fácil comprender que se obtuvieron conclusiones ciertas después de haber notado durante siglos que los mismos fenómenos se producían cuando se presentaban los elementos planetarios.
Sabiendo estas dos cosas, el astrólogo puede determinar exactamente predisposiciones, posibilidades de acontecimientos y hasta incidentes precisos. ¿Quién no ha sido testigo de esto? Hasta en las campiñas lejanas los campesinos se han adueñado consciente o inconscientemente de estas prácticas. Además de la Luna, con sus influencias generales y el Sol cuyos rayos no pueden negarse, hay un astro que ha tomado importancia para los incrédulos: se trata del planeta Marte, que simboliza por sus influencias maléficas, el Dios de la Guerra...
Marte es siempre un factor de desorden cósmico y en cada clima guerrero encontramos su presencia: en la tarde de Waterloo, Napoleón comprendió su pérdida; también por su movimiento se predijo la gran tormenta de 1914 y para las personas que no recuerdan ciertas tardes de tinte cobrizo en 1939, las efemérides astronómicas están siempre a su disposición.
Marte que evolucionaba al principio de aquel año a unos 150 millones de kilómetros de la Tierra, bruscamente hizo una incursión en la espira solar, trayectoria que lo acercó a nuestro planeta al punto de precipitarse sobre nosotros a toda velocidad hasta estar a 58 millones de kilómetros; pasó delante de nosotros transversalmente y el 29 de Agosto su retrogradación había terminado, acabado su círculo, después se alejaba y su incursión habrá durado así casi ocho meses. Es de suponerse que el estado estacionario de las operaciones militares duró aproximadamente el mismo tiempo, desde la declaración de la guerra hasta la violación de los territorios aliados en Bélgica en Mayo de 1940.
En resumen: si se les reconoce propiedades a ciertos planetas no hay razón en no admitirlo para todos y que sus influencias sean aceptadas para los acontecimientos o para las colectividades, como para los casos particulares.
Es un hecho que la Astrología ha perdido su valor ante nuestros ojos materialistas, cuando en otros tiempos formaba parte del programa de estudios con las Matemáticas y la Filosofía, pero hay que reconocer que la Ciencia la ha vuelto a encontrar y reconocido varias veces oficialmente. Es cierto igualmente que sustituyendo el término medioeval de Astrología muchos cientistas se basan sobre los datos astrales para estudiar meteorología, sismología, magnetismo y cualquier otra Astrología física. Aun llegan a rebasar el dominio físico para abordar los influjos psico-fisiológicos de donde proviene la Astrología médica y aún los influjos psíquicos de donde proviene la Astrología judiciaria.
Naturalmente hay que diferenciar al charlatán del científico; la Astrología no se reduce a los doce signos del Zodiaco y si hasta cierto punto es verdad que algunas generalidades son válidas para los individuos nacidos en un mismo signo, hay aún que examinar todos los otros elementos sensibles de un tema, antes de poder emitir un fallo, y esto no significa poco.
Sin embargo, existen los gemelos, nos diréis, que no tienen siempre la misma vida y a veces tienen hasta caracteres diferentes... De acuerdo, pero la diferencia de los momentos de su nacimiento es suficiente para formar configuraciones que ya no están en paralelo con los dos Temas. Sin embargo, los mismos hechos se registran frecuentemente y todo el mundo conoce efectos similares sucedidos a gemelos por sus similitudes psicológicas.
Baumé (en los Anales Médico-Psicológicos, 1863) cuenta que dos gemelos: Francisco y Martín, de 50 años de edad, trabajaban juntos en el ferrocarril de Quimper en Bretaña; Francisco moraba en Quimper y en cuanto a Martín, que ya había tenido dos veces accesos de alienación, vivía a dos leguas de allí, en Saint Lorette, con su mujer y dos hijos.
El 15 de Enero, la caja en la cual depositaban sus efectos fue robada. Los dos tuvieron en el mismo momento, a las tres de la mañana, una violenta pesadilla durante la cual gritaban: "ya cogí al ladrón, pero ha herido a mi hermano"... Los dos estaban muy agitados, según se contó después. Martín cogió a su hijo declarando que era el ladrón y lo quería ahorcar; luego se quejó de un violento dolor de cabeza y después corrió hacia el río para tirarse, pero su hijo lo sujetó impidiéndole hacerlo. Los agentes lo llevaron al asilo y murió a las tres horas. Francisco, al fin calmado en la mañana, tuvo que emplear su tiempo buscando al ladrón, pero de repente corrió hacia el río en el mismo lugar donde Martín había intentado ahogarse, y se tiró...
Hay que abandonar la teoría sobre la unidad en las substancias biológicas, cuando ya se trata puramente de efectos cósmicos, como en el caso siguiente:
Repentinamente a un hombre le dan dolores de cabeza tan fuertes que cree desvanecerse; al día siguiente le notifican que su hermano gemelo, que residía en otro lugar, se hirió gravemente la cabeza al caerse de un caballo.
Otro caso es el de un trabajador en madera: Vermeille, domiciliado cerca de La Caux de Fonds, a quien durante un paseo le da un ataque de apoplejía y sucumbe. El mismo día a la misma hora, su hermano gemelo, que reside en otra aldea, tiene el mismo destino.
Un poco antes de la guerra, los periódicos italianos se ocuparon del caso de tres hermanos: los Bartini, cuya semejanza en sus caracteres y existencia había sido ya objeto de estudios metódicos. Pero es en el género de su muerte donde se llegó al punto culminante de este paralelismo. El primero de los hermanos es atropellado por un carro en Roma, y muere una hora después. El segundo hermano, sin tener conocimiento del accidente, muere en una crisis cardiaca; en la tarde toca el turno al tercer hermano, que muere también de una enfermedad cardiaca.
El problema es aún más inquietante cuando se trata de personas no-consanguíneas, nacidas en la misma fecha, pero sin tener ningún parentesco y que pueden llamarse gemelos astrológicos.
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