USS Gerald R. Ford (CVN-78) in dry dock front view 2013 |
El futuro portaaviones
estrella de la Armada de Estados Unidos, el USS Gerald R Ford (CVN-78),
ha revelado importantes defectos que podrían hacer peligrar la evolución
de las capacidades de esta nueva generación de portaaviones de
propulsión nuclear. Según ha confirmado recientemente el diario Boston
Globe, tras acceder a un informe elaborado el Pentágono (Secretaria de Defensa ), el buque
presentaría imperfecciones en componentes trascendentales, entre ellos
la imposibilidad de incrementar la capacidad para elevar el número de
despegues de aeronaves, lo que pone en entredicho la fiabilidad del
proyecto.
Según los datos revelados por expertos militares en el documento, el
buque, que se encuentra en su fase de pruebas en el astillero de
Virginia, dispondría de capacidades poco efectivas a la hora de
incrementar el número de vuelos desde su cubierta, lo que lo haría mucho
menos eficaz incluso que los portaaviones antecesores de la clase
Nimitz.
Así, hasta este momento, el USS Gerarld
Ford sólo ha conseguido una tasa de 240 lanzamientos sin ningún fracaso,
dato que está lejos de los 1.250 lanzamientos que, según el informe,
deberían ser posibles realizar con el sistema de catapulta de
lanzamiento electromagnético (conocido como sistema EMALS) incorporado
en la cubierta.
Otra de las deficiencias se encuentra en
el radar avanzado de banda dual que está siendo desarrollado por la
firma norteamericana Raytheon Company, que debe ser capaz de realizar
trabajos de vigilancia aérea, localización de amenazas y recogida de
datos, aunque todavía no se conoce exactamente la fiabilidad exacta que
puede asegurar. Por otro lado, habría que conocer si efectivamente el
elevador de armas incorporado funcionará como estaba previsto desde un
principio, además de los equipos de comunicaciones, que tampoco habrían
seguido el progreso correspondiente. La causa de muchos de estos
problemas habría que buscarla en el alto porcentaje de componentes
totalmente nuevos (hasta un 40% del buque), incluyendo sus sistemas de
tecnología, que traen estas deficiencias de fiabilidad.
Todo ello puede provocar que, según se especifica en el informe del Pentágono, podría verse afectada la capacidad defensiva al ser más “vulnerables a los ataques” e incluso tener “limitaciones para realizar operaciones rutinarias”.
Sin embargo, estas mismas fuentes explican que Thomas Moore, almirante encargado del programa para la puesta en marcha del buque, hizo referencia a que todavía quedaba tiempo para seguir progresando en el desarrollo del USS Gerald Ford e hizo hincapié en la dificultad que representan estas tecnologías como “desafíos para el desarrollo”, pero que conseguirá ser “un barco fantástico”.
2016 sigue siendo la fecha de entrega
Ni desde el informe ni desde ninguna fuente se ha confirmado que pueda verse retrasada la fecha prevista para la entrega del buque a la Armada, fijada en 2016. Lo que sí que podría variar sería el inicio de la fabricación del segundo y tercer buque de la clase, el USS John F. Kennedy (CVN-79) y el USS Enterpise (CVN-80), por lo menos hasta que no se haya asegurado un mayor perfeccionamiento en el primer navío de la clase Gerald Ford.
Con todo ello, estas trabas no hacen más que aumentar la controversia que había generado la puesta en marcha de este multimillonario proyecto, valorado en más de 12.000 millones de dólares, en un contexto de reducciones presupuestarias como el que está viviendo ahora mismo Estados Unidos. De hecho, y según datos proporcionados por el diario norteamericano, los costes de producción del buque que se botó durante el pasado mes de noviembre ya habrían superado un 22% lo estipulado inicialmente.
Está previsto que hasta 10 nuevos buques de la clase Gerald Ford sustituyan progresivamente a los clase Nimitz, que se encuentran en operación desde hace más de 25 años y que tuvieron al George H. W. Bush (CVN.77) como último buque de su clase en entrar en servicio.
Todo ello puede provocar que, según se especifica en el informe del Pentágono, podría verse afectada la capacidad defensiva al ser más “vulnerables a los ataques” e incluso tener “limitaciones para realizar operaciones rutinarias”.
Sin embargo, estas mismas fuentes explican que Thomas Moore, almirante encargado del programa para la puesta en marcha del buque, hizo referencia a que todavía quedaba tiempo para seguir progresando en el desarrollo del USS Gerald Ford e hizo hincapié en la dificultad que representan estas tecnologías como “desafíos para el desarrollo”, pero que conseguirá ser “un barco fantástico”.
2016 sigue siendo la fecha de entrega
Ni desde el informe ni desde ninguna fuente se ha confirmado que pueda verse retrasada la fecha prevista para la entrega del buque a la Armada, fijada en 2016. Lo que sí que podría variar sería el inicio de la fabricación del segundo y tercer buque de la clase, el USS John F. Kennedy (CVN-79) y el USS Enterpise (CVN-80), por lo menos hasta que no se haya asegurado un mayor perfeccionamiento en el primer navío de la clase Gerald Ford.
Con todo ello, estas trabas no hacen más que aumentar la controversia que había generado la puesta en marcha de este multimillonario proyecto, valorado en más de 12.000 millones de dólares, en un contexto de reducciones presupuestarias como el que está viviendo ahora mismo Estados Unidos. De hecho, y según datos proporcionados por el diario norteamericano, los costes de producción del buque que se botó durante el pasado mes de noviembre ya habrían superado un 22% lo estipulado inicialmente.
Está previsto que hasta 10 nuevos buques de la clase Gerald Ford sustituyan progresivamente a los clase Nimitz, que se encuentran en operación desde hace más de 25 años y que tuvieron al George H. W. Bush (CVN.77) como último buque de su clase en entrar en servicio.
El CVN 78 está diseñado para funcionar eficazmente con casi 700 miembros de la tripulación menos que un buque de la clase CVN 68. Las mejoras en el diseño de los buques permitirán al ala aérea embarcado para operar con aproximadamente 400 menos personal. Se espera que las nuevas tecnologías y características de proyecto del buque para reducir reloj de pie y carga de trabajo de mantenimiento para el equipo. Gerald R. Ford es el primer portaaviones diseñado con todos los servicios públicos de electricidad, lo que elimina las líneas de servicio de vapor de la nave, lo que reduce los requisitos de mantenimiento y mejorar el control de la corrosión. La nueva catapulta A1B, Electromagnetic Aircraft Launch System (EMALS) -- substituye a las de vapor--, Advanced Arresting Gear (AAG) y Radar de banda dual (DBR), entre todos ofrecen una mayor capacidad de reducción de la dotación. La clase Gerald R. Ford está diseñada para maximizar el poder de ataque del ala aérea embarcada. Los sistemas y la configuración de los buques se han optimizado para maximizar la tasa de generación de sortie (SGR) de aviones de ataque adjunto, lo que resulta en un aumento del 33 por ciento en SGR sobre la clase Nimitz. La configuración de los buques y de la planta de generación eléctrica están diseñados para dar cabida a los nuevos sistemas, incluidas las armas de energía directa, durante su vida útil de 50 años. La clase Gerald R. Ford se basa en el legado de innovación de la marina saga de portaaviones que se remonta al primer portaaviones, el USS Langley (CV-1) y continuando hasta nuestros días. La introducción de los aviones a reacción, las cubiertas inclinadas y la energía nuclear eran todas las innovaciones que mantienen la flota relevante para las necesidades de la guerra fría. El USS Gerald R. Ford continúa la historia de portaaviones de la innovación y adapatabilidad que le permita servir a USA en las próximas décadas.
Los Costos de las Guerra.
El Gerald R. portaaviones clase Ford (o de clase Ford) es un SuperAircraftCarrier Actualmente se está construyendo para reemplazar algunos de los portadores de la clase Nimitz existentes de la Marina de Estados Unidos (US Navy) . Los nuevos barcos tendrán un casco similar a los portadores de Nimitz, pero introducirán tecnologías desarrolladas ya que el diseño inicial de la clase anterior (tal como el sistema de lanzamiento de aeronaves electromagnética), así como otras características de diseño destinadas a mejorar la eficiencia y costes de funcionamiento, incluyendo una menor exigencia de la tripulación ( es decir es porque estamos quebrados) . El primer barco de la clase, el USS Gerald R. Ford, tiene número de casco CVN-78.
El USS Gerald R. Ford CVN-78 que tiene un costo aproximado de adquisición de 13,500 millones de dólares. Como comparativa El USS Nimitz costo US $ 4.000.000.000 y el George H. W. Bush (CVN.77) costo US $ 6.200.000.000.
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