viernes, 22 de agosto de 2014

Nuevo Orden Monetario Mundial: el reinado del dólar se acerca a su final



Un nuevo orden monetario mundial: el reinado del dólar se acerca a su final

El euro y el yuan surgirán como alternativas al dólar

La divisa estadounidense perderá su estatus de moneda refugio

El nuevo orden monertario traerá problemas al Gobierno de EEUU


La idea de que el estatus del dólar como moneda de reserva mundial va a acabar sigue estando muy vigente, despué de cobrar fuerza al inicio de la crisis financiera. El economista Barry Eichengreen anticipa un nuevo orden mundial en el mercado de divisas, en el que el dólar tendrá, como mínimo, que compartir su reinado con otras divisas, con cambios muy importantes a nivel global.

Eichengreen no es tan conocido como Nouriel Roubini, Kenneth Rogoff, o Robert Shiller. Pero el profesor de la Universidad de Berkeley se ha ganado el respeto de sus colegas, que le consideran, junto a los antes mencionados, uno de los economistas más influyentes en el mundo post-crisis, según el semanario británico The Economist.


En un extenso artículo publicado en The Wall Street Journal, Eichengreen hace un repaso de las razones por las que el dólar ha llegado a ser la moneda mundial (el 85% de los intercambios comerciales mundiales se realizan en dólares, el 60% de las reservas de los bancos centrales son en dólares); enumera qué está cambiando actualmente y anticipa el nuevo futuro del sistema cambiario mundial, en el que el billete verde ya no será la única referencia.


"Creo que en los próximos 10 años vamos a ver un profundo cambio hacia un mundo en el que varias monedas competirán por la supremacía", asegura Eichengreen. Y el impacto de este cambio será muy profundo, con implicaciones en la estabilidad de los tipos de cambio, la capacidad para financiarse de EEUU, los movimientos de la Reserva Federal y para el sistema financiero. En conjunto, el sistema será menos favorable para Estados Unidos.

Las razones de la supremacía del dólar americano 



Para entender lo que puede pasar, el economista explica primero los pilares sobre los que se ha asentado el dólar. Primero, su atractivo refleja la profundidad de los mercados de deuda en dólares. La escala de estos mercados y la cantidad de derivados para cubrirse de los riesgos de divisa hacen que el dólar se la moneda más conveniente para hacer negocios para las grandes empresas, bancos centrales y gobiernos.


La segunda razón viene dada por el estatus de refugio que tiene la moneda, como demostró el fuerte repunte del dólar tras la caída de Lehman Brothers. ¿Y qué refleja este estatus? La enorme liquidez de la divisa, ya que "la liquidez es la materia prima más preciada en una crisis", según Eichengreen. La liquidez viene propiciada por el largo historial de estabilidad de la deuda de EEUU, que se ha convertido en el activo más importante para los inversores mundiales.


Por último, durante mucho tiempo, la divisa estadounidense se ha beneficiado de la ausencia de alternativas. Otros países, como Suiza o más recientemente Australia, que también son considerados estables, son demasiado pequeños como para jugar un papel importante en las transacciones financieras internacionales.

Los pilares de dominio del US Dollar  se erosionan



El economista apunta a que estos tres factores están perdiendo peso. Primero, los cambios tecnológicos están minando el monopolio del dólar. No hace mucho tiempo era difícil que hubiera espacio para más de una divisa, ya que la dificultad de comparar tipos de cambio daba sentido a que tanto exportadores, como importadores, como inversores y emisores de deuda utilizaran una referencia, aunque sólo fuera para evitar confusiones. Sin embargo, hoy en día es muy sencillo comparar los precios de las monedas en tiempo real.


Además, por primera vez el dólar tiene dos serios competidores: el euro y el yuan chino. Eichengreen recuerda que, al contrario de lo que algunos anunciaban, los gobiernos europeos han mostrado su compromiso con la moneda única y no la han abandonado, "ni lo harán". De hecho, asume que se acabarán emitiendo eurobonos (e-bonds, los denomina) como parte de la solución de la crisis. Con ello, se sentarán las bases de un mercado de bonos europeos integrado que funcionará como alternativa a los treasuries estadounidenses y que será utilizado por los bancos centrales para acumular reservas.


Mientras, en el caso de China, el gigante asiático está internacionalizando el yuan rápidamente: aumentan los depósitos en moneda china en Hong Kong, las compañías china realizan sus intercambios internacionales en yuanes, se ha permitido que compañías extranjeras emitan deuda en yuanes (los denominados bonos dim-sum) e incluso este mes de enero Bank of China comenzó a ofrecer depósitos en yuanes en Nueva York.


Eichengreen admite que a China le queda un largo camino para crear un mercado líquido y hacer que sus instrumentos financieros sean atractivos, pero recuerda que Occidente ya ha subestimado al país asiático en otras ocasiones y no debe cometer el mismo error.


Por último, el economista cree que el estatus de refugio que mantiene todavía el dólar se va a perder. Hasta ahora, la seguridad de los bonos del tesoro no había sido puesta en cuestión, pero la enorme deuda y el creciente déficit, "se comenzarán a realizar preguntas sobre si EEUU pretende mantener el valor de su deuda o comenzará a inflarla". Los inversores comenzarán a ser reacios a poner todos sus huevos en una cesta de dólares. Como mínimo, asegura Eichengreen, el dólar tendrá que compartir su estatus de refugio con otras monedas.

El mundo de la era post-dólar



El primer y más obvio cambio de este nuevo mundo se dará en los mercados de divisas. Dejará de haber un salto automático en el valor del dólar cada vez que la volatilidad financiera asome. Con el nuevo estatus del euro y el yuan, habrá movimientos entre las tres monedas de referencia, pero ninguna de ellas se disparará como hizo el dólar tras la caída de Lehman. Es más, la estabilidad será la tónica: no habrá razones para grandes cambios en los tipos de cambio entre ellas.


Ante el nuevo panorama, la vida para las compañías estadounidenses será algo más complicada. Hasta ahora, no tenían que incurrir en los costes de cambiar las monedas locales en dólares y no tenían que comprar productos financieros para protegerse de los movimientos en los tipos de cambio. Sin embargo, en este nuevo mundo, las compañías americanas tendrán que lidiar como el mismo tipo de riesgos que sus competidoras extranjeras.



Por el contrario, las empresas y entidades financieras chinas y europeas tendrán más facilidades, ya que podrán realizar transacciones internacionales en su propia moneda. Asimismo, las empresas que principalmente hacen negocios con China y Europa utilizarán también estas divisas, sin necesidad de tener que pasar por el dólar.


Más problemas tendrá el Gobierno estadounidense. Primero, no podría ser capaz de financiar su déficit de una forma tan barata, ya que la demanda de bonos del Tesoro por parte de los bancos centrales se reducirá. Además, tampoco será capaz de sostener los enormes déficits comerciales y por cuenta corriente actuales, ya que serán mucho más caros de financiar.


Para combatir esta situación, Estados Unidos tendrá que exportar más, y para exportar más, tendrá que hacer que sus productos sean más competitivos. Esto significa que el dólar tendrá que caer más.


Según los cálculos de Eichengreen, el dólar tendrá que caer un 20%. Como los precios de las importaciones subirán, el nivel de vida se reducirá alrededor de un 1,5% del PIB. "Aunque no es un desastre económico, los americanos lo notarán en sus bolsillos. Por otro lado, la próxima vez que EEUU tenga una burbuja inmobiliaria, los chinos no estarán ayudándonos a inflarla", concluye el economista.

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