Democracia cristiana
por Eduardo Fernández.
Soy militante, desde que tengo uso de razón, de una causa de fe que se
llama la democracia cristiana, también conocida como el humanismo
cristiano.
Se trata de una manera de ver al hombre o, mejor dicho, a la
persona humana en su relación con las otras personas y con la humanidad
en general.
En la raíz de nuestro pensamiento
hay un concepto fundamental: la dignidad de la persona, de cada una de
las personas y del conjunto de las personas.
Esa
dignidad tiene un fundamento infinitamente trascendente: la filiación
divina. Todos somos hijos de Dios y como todos tenemos un padre en
común, todos somos hermanos. De allí surge el mandamiento del amor y de
la fraternidad. “Que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
En eso conocerán que sois mis discípulos” (Jn 13.34-35).
Los
demócratas cristianos creemos en esa dignidad eminente de cada persona
humana y del conjunto de las personas humanas; por eso, el compromiso
con la justicia social con la igualdad de oportunidades para todos; por
eso, la solidaridad con los que sufren, con los pobres, con los
marginados.
Ser demócrata cristiano es creer en
la democracia como fórmula de gobierno, precisamente porque la
democracia es la forma de gobierno más compatible con el concepto de la
dignidad de la persona humana, de cada una de las personas y del
conjunto de las personas.
Ser demócrata cristiano es apostar al bien común, al desarrollo integral de la sociedad y de cada uno de sus miembros.
Es
apostar por un desarrollo económico equilibrado que sea capaz de
generar empleo para todos, bienes y servicios para todos y oportunidades
para todos.
El mejor ejemplo que podemos
exhibir en esta materia es el formidable éxito de Alemania, gobernada
por muchos años por el Partido Demócrata Cristiano.
Ser
humanista cristiano es creer en la educación como instrumento
fundamental para erradicar la pobreza y para asegurar el progreso y el
bienestar de las naciones. Es a través de la educación que promovemos la
dignidad de la persona.
Finalmente, ser
demócrata cristiano es proclamar que la política, como toda actividad
humana, está subordinada a la moral, a la ética. Que no todo está
permitido en política, sino aquello que concuerda con los principios.
Y
es, además, proclamar la cultura de la vida y derrotar a la cultura de
la muerte. Es estar del lado de la paz, del diálogo, de la esperanza, de
la justicia, de la libertad y del amor.
Eduardo Fernández
@efernandezve
La democracia está podrida
No traten de convencernos señores políticos, todo está bastante podrido, esto es una gran estafa, democrática, pero estafa.
Me
considero joven, prácticamente he vivido toda mi vida en democracia, no
sé cómo fueron los años del régimen de Franco, ni me importa, lo mismo
que no me importa lo que fue la I República ni la II, ni la Dictadura de
Miguel Primo de Rivera, de la misma manera que me importa muy poco si
fue decisivo que Adriano o Trajano nacieran en Andalucía. Tengo por todo
ello un respeto histórico, pero ni tengo nostalgia ni desprecio, son
parte del pasado. Observo, sin embargo, que buena parte de la clase
política tiene otros deseos: añoranza de ciertas épocas históricas o
desprecio por otras, como si la historia pudiera enmendarse. El político
hoy o bien está desorientado o bien es malicioso, o ambos.
Me ha tocado vivir la democracia, a la que respeto y por la que trabajo, hago lo posible por fortalecerla. La democracia no la ha inventado ni el PSOE ni el PP, ni el resto, tampoco la han traído todos éstos a España. Estos partidos han hecho grandes contribuciones, pero sus flagrantes errores igualmente la han sumido en la miseria en muchos sentidos.
Buena parte de nuestra democracia está podrida, muchas personas han perdido su confianza en la misma después de ver un sinfín de cosas que son difíciles de explicar: corrupción en la misma clase política, política internacional orientada hacia la guerra o hacia la misión de paz en lugares de guerra, situación que una vez y otra se niega como tal, “cobrar en pesetas y gastar en euros, consiguiente empobrecimiento general”, Universidad pública pero que hay que pagar, Educación Infantil pública pero de pago para todo el mundo (después de más de 20 años de promesas), alumnos que de forma generalizada salen del Bachillerato, después de más de 7 años, sin saber una palabra en inglés, etc., etc., menuda estafa.
Esto es una estafa monumental, como mínimo al contribuyente. También está podrida la democracia para los que viven en urbanizaciones, pagan sus impuestos pero además tienen que pagar (y a precio de oro) la tubería que les lleva el agua a la puerta de su casa.
No traten de convencernos señores políticos, todo está bastante podrido, esto es una gran estafa, democrática, pero estafa.
Lea también este que esta muy interesante:
http://www.elmostrador.cl/opinion/2014/06/20/la-democracia-cristiana-acorralada/
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Me ha tocado vivir la democracia, a la que respeto y por la que trabajo, hago lo posible por fortalecerla. La democracia no la ha inventado ni el PSOE ni el PP, ni el resto, tampoco la han traído todos éstos a España. Estos partidos han hecho grandes contribuciones, pero sus flagrantes errores igualmente la han sumido en la miseria en muchos sentidos.
Buena parte de nuestra democracia está podrida, muchas personas han perdido su confianza en la misma después de ver un sinfín de cosas que son difíciles de explicar: corrupción en la misma clase política, política internacional orientada hacia la guerra o hacia la misión de paz en lugares de guerra, situación que una vez y otra se niega como tal, “cobrar en pesetas y gastar en euros, consiguiente empobrecimiento general”, Universidad pública pero que hay que pagar, Educación Infantil pública pero de pago para todo el mundo (después de más de 20 años de promesas), alumnos que de forma generalizada salen del Bachillerato, después de más de 7 años, sin saber una palabra en inglés, etc., etc., menuda estafa.
Esto es una estafa monumental, como mínimo al contribuyente. También está podrida la democracia para los que viven en urbanizaciones, pagan sus impuestos pero además tienen que pagar (y a precio de oro) la tubería que les lleva el agua a la puerta de su casa.
No traten de convencernos señores políticos, todo está bastante podrido, esto es una gran estafa, democrática, pero estafa.
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