El presidente de la República, Nicolás Maduro, ofreció este miércoles
una rueda de prensa donde informó que una banda paramilitar colombiana
planificó el crimen contra el diputado Robert Serra.
En ella manifestó que el asesinato de Serra ya estaba planeado,
pues una vidente en la red social Twitter “predijo” que la Asamblea
Nacional (AN) estaría de luto. Además también detalló que diez días
antes el caricaturista Robert Weil había publicado una caricatura que
según Maduro “predecía” la muerte del diputado del PSUV. Aseguró que los
asesinos fueron grabados por la cámaras de seguridad de la vivienda de
Serra.
En la Rueda de Prensa Anoche.
El presidente de la República, Nicolás Maduro, informó que una banda paramilitar colombiana, liderada por Leiva Padilla (El Colombia) ,
planificó el crimen contra el diputado Robert Serra. “A dos semanas del
asesinato, están despejados quiénes son los autores intelectuales",
expresó durante una rueda de prensa en Miraflores.
El Jefe de Estado explicó que se pretendió imponer el falso móvil del
robo en torno al crimen. Adelantó que grupos paramilitares colombianos
están involucrados en el asesinato del joven diputado que fue preparado
en tres meses.
"Un colombiano preparó el crimen. Utilizó una banda dirigida por otro maleante asesino de apellido Leiva", expresó.
Explicó que este sujeto, Leiva Padilla, fue contratado, planificó y
ejecutó el asesinato. Reveló que el jefe de los escoltas del joven
diputado fue contratado por “El Colombia”, quien le pagó en efectivo.
Maduro señaló que los criminales utilizaron métodos atípicos de
seguimiento detallado: “Qué hacía Robert, para dónde iba, cómo se movía y
en qué se movía; a qué hora llegaba, a qué hora salía, qué comía, qué
no comía. Todos los detalles”.
Afirmó que los detalles de la planificación fueron confesados por los
involucrados quienes ya han sido capturados. “Hemos tenido la ventaja
de ver los vídeos donde quedaron grabados los rostros de sus asesinos”,
precisó.
La Banda asesina.
Ocho personas en total participaron en el asesinato, de las cuales
seis entraron en la casa de Serra, ubicada en La Pastora, mientras que
dos se encontraban en los vehículos a la espera luego de cometer la
acción criminal.
En uno de los videos
presentados, se escuchan palabras del jefe de los escoltas de Robert
Serra, de nombre Edwin Torres Camacho, alias "El Poli", haciendo
referencia a alias "Tin Tín" (García Martínez), que es quien aparece en
la parte interna (más lejos de la cámara). Estos dos son los que se van
juntos en la moto luego de cometido el crimen.
En el suceso también participaron Fariñes Palomine “El M”, García Martínez, Carlos Enrique alías “Tintín”. Señaló que tanto Padilla Leiva y Padilla Jhony José alías “El Oreja”,
ambos colombianos, están solicitados. “Tenemos pistas diversas, lo
mejor sería que se entreguen a la autoridades y se sometan a la
justicia”.
“Salina Quevedo, Dany Enrique, solicitado, Vegas Hernández Antonio Gabriel alías ‘El Tony’, detenido”, agregó./LFA
Asesinato de : Antonio José de Sucre
por Hugo Chávez Frías
Ese gran mártir de América, de los más grandes, Antonio
José de Sucre. Treinta y cinco años tenía el Mariscal Sucre cuando lo
mataron. Había sido edecán de campo de Miranda a los 15 años; general
del Ejército Libertador en Guayana, junto a Bolívar. Luego la Campaña
del Sur, Junín, Ayacucho… El virrey, prisionero de Sucre en Ayacucho. El
último virrey de España en estas tierras capturado en Ayacucho con
todos sus oficiales. Todo el ejército español se entregó; arriaron la
bandera de España después de 300 años de dominación. Sucre le dio la
mano para levantarlo. Dicen que el virrey le dijo: “Tan joven y con
tanta gloria”. Por eso fue que el mismo Bolívar, de su puño y letra,
escribió aquella frase: “La posteridad recordará al general Sucre con un
pie en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la
cuna de Manco Capac y a sus pies las cadenas del imperio español rotas
por su espada”.
Sucre tenía 29 años cuando se hizo inmortal en Ayacucho, en la gran
batalla libertadora de Suramérica. De los mejores soldados, de los
mejores revolucionarios, de los mejores líderes, Simón Bolívar dijo un
día, y está escrito: “Donde está el general Sucre, está el alma del
ejército”. Era el alma del ejército, alma del pueblo, el cumanés.
Humilde, pero empeñado, con una voluntad de acero, una inteligencia muy
creadora para lo militar, para lo diplomático, para lo político.
Presidente fundador de Bolivia. Le dieron un golpe de Estado, la
oligarquía boliviana, porque él estaba entregándoles tierras a los
indios, a los pobres, haciendo escuelas para los pobres, haciendo
caminos. Era ingeniero, además; sistemas de riego, buscando agua,
llevando agua para los sitios que no la tenían; la salud, haciendo
hospitales; la educación. Un Gobierno muy bueno el de Sucre. Le dan un
tiro en un brazo y queda manco, casi lo matan. Le hicieron imposible la
vida. Renunció al Gobierno de Bolivia. Se vino a ver a Bolívar y lo
acompañó hasta la última hora.
Memorable es la última carta de Sucre a Bolívar. Bolívar renunció, se
fue. Sucre lo busca, no lo consigue. “La ausencia de usted, mi general,
me ahorra las lágrimas de la despedida. Adiós, mi general. Donde quiera
que esté, mi último aliento será para Colombia y para usted”. Al día
siguiente, agarró la mula, se fue a buscar a su mujer y a su pequeña
hija en Quito. Pero no le perdonaron ser leal a Bolívar y ser tan joven.
Como dijo el virrey: “Tan joven y con tanta gloria”. Era un peligro él
solo, su vida. Después de Bolívar venía él. Su brillo, su gloria, su
prestigio en los ejércitos. Desde el Caribe hasta la Argentina el nombre
de Sucre brillaba por todos lados. Y ocurrió la emboscada, el balazo
traicionero. Santander detrás de la emboscada, Obando, traidores lacayos
que entregaron luego estos países a la garra del imperio
norteamericano. Traicionaron a la revolución. Dijo Bolívar, cuando le
informaron de la muerte de Sucre, entre muchas cosas, una lapidaria: “La
bala que mató a Sucre mató a Colombia y acabó con mi vida”.
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