Los
patrones de consumo, a pesar de ser impuestos, siempre quedan como
costumbres. En el caso de nuestra cultura alimentaria, la ingesta de
cereales como el Trigo ha causado deformaciones en los hábitos
alimentarios, y de generación en generación han cambiado tradiciones
ancestrales, que hoy en día se traducen en diversos problemas
nutricionales.
La
Misión Alimentación aprovecha estos espacios para exponer algunas
alternativas interesantes al cereal del trigo y mostrar que sí hay otras
formas de consumir rubros muy parecidos a ese, pero que poseen muchos
más nutrientes y son de producción nacional.
El
consumo de la harina refinada de Trigo en exceso, trae consigo un
déficit de micronutrientes en el organismo, tiende a producir problemas
de absorción intestinal debido a que el organismo no absorbe suficiente
fibra, no acumula agua, el colón se vuelve perezoso, se altera la flora
bacteriana y empieza esa carencia de absorción de algunos nutrientes; en
consecuencia las personas pueden aumentar de peso, pero no estarán bien
nutridas.
El
trigo puede ser diversificado si es mezclado con otros cereales o con
algunos tubérculos y hasta se puede sustituir su consumo.
De
acuerdo con la licenciada Guadalupe Muñoz, directora de Formulación y
Desarrollo de Alimentos del Instituto Nacional de Nutrición (INN), no se
trata de dar al traste con el consumo del trigo, pero “éste es un
producto que no es de producción nacional, ni autóctono, y aquí se
importa todo el trigo que se consume, lo cual genera un costo al Estado
bastante elevado; al adquirir el producto final (pan o harina)
verdaderamente no pagamos el costo de ese producto”.
“Para
muchas personas de origen indígena-suramericano, nuestro americano, con
descendencia afroamericana, la alimentación original estaba basada en
cereales como maíz, tubérculos como la yuca, el apio, el ñame”, explicó
Muñoz.
La
directora de Formulación y Desarrollo de Alimentos del INN destacó que
“la característica que tiene el trigo es que posee una proteína que se
llama gluten, la misma tiene la capacidad de absorber más aire para
mantener el producto más grande por más tiempo (como el pan); con las
otras harinas no pasa eso, pero la calidad y la capacidad de alimentar
es mayor y el sabor es igual de bueno”.
DESVIRTUANDO LA CULTURA GASTRONÓMICA
Es
importante señalar que el trigo está dentro de los cinco productos más
consumidos por las venezolanas y los venezolanos, eso trae como
consecuencia que se desvirtúe, de alguna manera, nuestra cultura
alimentaria y nutricional, lo que tiene consecuencias en nuestros
estados nutricionales.
Para
la especialista, la harina de trigo refinada ha desplazado, en buena
medida, a la arepa en los hogares venezolanos, ya que muchas personas al
llevar un ritmo de vida más rápido, consumen más pan, galletas, pastas y
tortas.
“Hasta
nuestros dulces los hemos amoldado al uso del trigo. ¿Cuántas versiones
de majaretes no pudieran preparase para variar los distintos tipos de
tortas?, y así una cantidad de cosas que hemos desplazado”, reflexionó.
HARINAS DE TUBÉRCULOS
Es
importante tener en cuenta que existen las harinas de maíz y de yuca,
esta última tiene características para realizar preparaciones parecidas a
las del trigo, además ambos son productos que se pueden garantizar en
nuestro país.
Un
tubérculo como la yuca, el ñame, la papa, puede que no tenga la misma
cantidad de proteínas que el trigo, pero sí tiene otras propiedades, no
está refinado y no ha sido manipulado por la industria de alimentos.
En
cambio, la harina de trigo al pasar por varios procesos para ser
blanqueada, refinada, pierde fibras y es adicionada con unos elementos
que son familia de los cloros y tiene conservantes, para poder
almacenarse ya que vienen de otros países. Entonces, es un alimento
nutricionalmente no recomendable y que no tiene ninguna ventaja en
comparación con nuestros rubros y nuestro maíz.
ALTERNATIVAS
Venezuela,
desde siempre, ha sido un productor de tubérculos que tienen bastante
cantidad de almidón y se tiene la alternativa de alimentarnos con
productos menos elaborados.
A
manera de ejemplo, con un tubérculo se puede hacer una rebanada asada,
horneada y queda tostada como las papas fritas que se venden a alto
costo en las cadenas de comida rápida.
Apalancar
la industria de las harinas sustitutas del trigo hechas con tubérculos,
sería la mejor alternativa en términos integrales para la población
venezolana; para ello también se necesita el apoyo de los consumidores,
quienes deberían abrirse a adquirir productos de mejor calidad y de
producción nacional.
La
Misión Alimentación siempre buscará innovar y fortalecer su red de
distribución y para esto también seguirá planteándose nuevos caminos que
apoyen el fortalecimiento de la producción de rubros nacionales, con el
objetivo de volver a nuestra cultura alimentaria y guiar a todo el
pueblo hacia un comer bien y un vivir bien.
Esta receta es genial, con ella consigo que mi hijo coma lentejas, y le encantan así, no en guiso. Se les puede dar forma de hamburguesa, con las manos mojadas. Se las puede congelar una vez fritas y después descongelarlas en el horno bien caliente unos 8 minutos, quedan como recién hechas.
100gr de copos de avena
1 cebolla
2 dientes de ajo
1cc de comino
1cc de canela
1cc de cilantro todo molido
Pochar la cebolla y los ajos, cuando tomen color añadir las especies, cocer 1 minuto y apagar.
Triturar las lentejas junto al sofrito anterior, sal, pimienta y los copos de avena bien hidratados pero no aguados tiene que quedar compacta y con trozos de lentejas.
Añadiremos a la mezcla anterior un poco de pan rallado, para conseguir una masa manejable, que no sea muy pegajosa.
Importante conseguir una textura adecuada que no se deshaga al freír. Probar una croqueta y si se deshace añadirle más pan rallado, harina de garbanzos o gluten de trigo.
Croquetas de lentejas y Avena
Esta receta es genial, con ella consigo que mi hijo coma lentejas, y le encantan así, no en guiso. Se les puede dar forma de hamburguesa, con las manos mojadas. Se las puede congelar una vez fritas y después descongelarlas en el horno bien caliente unos 8 minutos, quedan como recién hechas.
INGREDIENTES:
150 gr de lentejas cocidas
100gr de copos de avena
1 cebolla
2 dientes de ajo
1cc de comino
1cc de canela
1cc de cilantro todo molido
PREPARACIÓN
Poner los copos de avena en remojo, con la mitad del volumen de agua.Pochar la cebolla y los ajos, cuando tomen color añadir las especies, cocer 1 minuto y apagar.
Triturar las lentejas junto al sofrito anterior, sal, pimienta y los copos de avena bien hidratados pero no aguados tiene que quedar compacta y con trozos de lentejas.
Añadiremos a la mezcla anterior un poco de pan rallado, para conseguir una masa manejable, que no sea muy pegajosa.
Importante conseguir una textura adecuada que no se deshaga al freír. Probar una croqueta y si se deshace añadirle más pan rallado, harina de garbanzos o gluten de trigo.
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