Procesos y causas que llevaron a la quiebra a Worldcom
El mal manejo de las cuentas de la compañía inicia en el año 2000, año en el cual el sector de telecomunicaciones entro en crisis, el intento de la compañía por mostrarse solvente les llevó a realizar varias maniobras fraudulentas, conocidas como: "Contabilidad Creativa".En julio de 2002 estalló el escándalo, cuando se supo que los directivos habían manipulado las cuentas y registrado pérdidas durante tres años, en los que dijeron haber obtenido beneficios. Durante el 2001 y el primer trimestre del 2002 la empresa reportó utilidades de 1400 millones de dólares y 130 millones respectivamente, distorsionando la realidad creando beneficios mucho mayores a los reales.
El fraude contable, consistía en registrar como inversiones de capital algunos gastos corporativos, demorando en el tiempo el impacto sobre el cuadro de resultados, que a pesar de no afectar el flujo de la compañía, hizo que mostrara ganancias en lugar de pérdidas. Ocultando un agujero financiero de 11000 millones de dólares mediante la cuentas gastos de inversión.
WorldCom señaló que Sullivan registró gastos como inversiones de capital por USD 3.060 millones en 2001 y USD 797 millones en el primer trimestre de 2002, lo cual infló artificialmente el flujo de caja de la compañía, haciéndolo ver más saludable de lo que realmente era. Las falsificaciones de la contabilidad, habrían sido ordenadas por Ebbers a partir de 2000, en coincidencia con una crisis del sector de la telefonía ligada a la explosión de la burbuja especulativa de Internet [1]WorldCom incurrió en costes operativos (en su mayoría gastos asociados al uso de servicios de red subcontratados) que erróneamente contabilizó como gastos de capital, lo cual es completamente fraudulento ya que el pago por un servicio de alquiler de líneas locales claramente es un gasto.
Dichos gastos deben ser inmediatamente reconocidos en el período en el que tienen lugar, a diferencia de los gastos de capital que pueden legítimamente ser contabilizados y depreciados a lo largo de su vida útil. La mala interpretación de estos gastos por parte de WorldCom originó una inflación artificial de sus ingresos netos y de sus beneficios brutos (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización).
WorldCom se declaró en bancarrota el 21 de julio de 2002, tras revelar que había manipulado las cuentas y que había tenido pérdidas durante tres años, en que los que había declarado beneficios. La deuda ascendía a 41.000 millones de dólares. La acusación pública sostuvo que aquella conspiración fue motivada por la presión que los bancos ejercían sobre Ebbers, a quien habían prestado 400 millones de dólares con garantía en acciones de la empresa.
La Comisión de Mercados de Valores (SEC, por sus siglas en inglés), acusó a WorldCom por fraude en el ocultamiento de gastos y exageración de ganancias con maniobras contables.
¿Cómo se llegó a descubrir el fraude?
En el año 2002, un pequeño equipo de auditores internos de WorldCom, encabezados por Cynthia Cooper, que generalmente debían trabajar por la noche en secreto, fueron los que investigaron y descubrieron 3,8 mil millones de USD en el fraude. Poco después, la compañía, el comité de auditoría y la junta directiva, fueron notificados y actuaron con rapidez, despidiendo a Sullivan, Myers por su lado renunció y Arthur Andersen (empresa auditora) retiró su dictamen de auditoría correspondiente al año 2001.El 25 junio de 2002 WorldCom admite haber inflado la cifra de ganancias en 3.800 millones de dólares, el 26 de junio del mismo año la Comisión de Seguridad e Intercambio de Valores Bursátiles presenta cargos por fraude contra WorldCom y el 21 julio de 2002
WorldCom, abrumado con una deuda de 30.000 millones de dólares, solicita protección por bancarrota, siendo el mayor caso de bancarrota corporativa de la historia.
En dos informes firmados por William McLucas (estudio Wilmer, Cutler & Pickering), remitidos el 10 de julio de 2001 por Ebbers al Director Operativo (Ronald Beaumont), admite complejas maniobras para alterar asientos contables e implica a los vicepresidentes a cargo de finanzas (John McGuire y Michael Higgins). Este informe prueba que Ebbers estaba al tanto de las irregularidades, hecho que había negado sistemáticamente durante meses. En otro punto del informe, se señala que Ebbers participaba en reuniones donde se decidió "inflar de 6% a 12% anual el aumento de ingresos para el tercer trimestre de 2001".
El segundo informe, explica que Ebbers vendió acciones por USD 70 millones a fines de septiembre de 2000, antes de trascender un abrupto descenso de ingresos. WorldCom no lo comunicó a los accionistas hasta noviembre. Este informe, detalla cómo varios altos ejecutivos ocultaban deliberadamente información a la auditoría externa, en manos de Arthur Andersen. Ebbers y los implicados, alteraban documentos y negaban acceso a la base de datos que almacenaba las cifras más comprometedoras (había juegos dobles y hasta triples de libros). Se reprocha al estudio Arthur Andersen (AA), no haber reclamado ante la junta directiva, el comité auditor ni la SEC, no obstante, AA siguió certificando balances. El informe confirma también que en el directorio de WorldCom, no todo fluía con transparencia, particularmente, haciendo referencia a alrededor de sesenta adquisiciones por cifras multimillonarias, aprobadas tras apenas minutos de discusión, sin que la junta recibiese siquiera un papel con términos e implicancias de cada transacción. No en vano, los directores percibían honorarios increíbles y ostentosas dádivas. Además, la administración hacía modificaciones por su cuenta, sin consultar a la junta y, después, afirmaba contar con su autorización formal.
Perjuicios causados
Entre los principales afectados por las prácticas fraudulentas de los ejecutivos de WorldCom podemos citar a:Tenedores de Bonos y Acciones: Con el colapso de WorldCom, los accionistas perdieron cerca de 180.000 millones de dólares. Un accionista que en marzo del 2000 haya comprado títulos de WorldCom por 10 mil dólares cuando se produjo la debacle, vio reducido ese capital a sólo 200 dólares, según cálculos de analistas. Esto representa una pérdida de valor de 98 por ciento y con ello esos papeles son considerados basura, en el argot bursátil. Cada acción, cotizada a 62 dólares en junio de 1999, cayó a 83 centavos de dólar, y los bonos de la compañía a 11 centavos de dólar y no precisamente por situaciones de mercado, sino por una mala gestión de management. Adicionalmente, cabe recalcar que entre los tenedores de bonos se encuentran fondos de pensiones, estimándose que el colapso de WorldCom provocó pérdidas de 1.000 millones de dólares sólo a los fondos de pensiones públicos en EEUU.
Empleados: Veinte mil personas se quedaron sin empleo y la compañía se declaró en concordato. Esto genera un efecto directo en la vida de los empleados que integran la organización, quienes se perjudican por la falta de continuidad del negocio (3.700 empleados sin trabajo en abril de 2002 y 17.000 a agosto de 2002).
Usuarios: Dadas las dimensiones empresariales, Worldcom abarcaba con 20 millones de clientes, siendo la segunda mayor compañía de larga distancia. Problemas de continuidad en el servicio o la calidad de prestación del mismo debido a la reducción de personal son dos de los inconvenientes que perjudicaron al usuario.
Empresas norteamericanas que cotizan en bolsa: Uno de los principales perjuicios es la afectación de la credibilidad pública de las empresas norteamericanas. Sectores de aparente solidez como McDonald's o la cadena comercial Wal-Mart sufrieron la deserción de los inversores, pero en mayor medida ello aconteció en el sector de telecomunicaciones, tanto en los EEUU como en el exterior: Telefónica española,
Deutsche Telekom y sus homólogas en Gran Bretaña y Francia, mientras en América Latina el más afectado fue México, dada por supuesto su afinidad con USA al ser parte del NAFTA, vean lo que pasa hoy con el Presidente Peña Nieto quen Privatizó PEMEX en perjuicio del pueblo Mexicano.
La lección de la sentencia es que la responsabilidad empresarial no debe esfumarse y es proporcional al daño causado.
Presidente Porfirio Díaz (15 Sept 1830 – 2 Julio 1915)
EX PRESIDENTE DE WORLCOM DEBERÁ REPARTIR SU FORTUNA ENTRE LOS ACCIONISTAS (año 2005)
El ex presidente de WorldCom, Bernard Ebbers, aceptó pagar cinco millones de dólares en efectivo y ceder sus activos, en su mayor parte inmobiliarios, en beneficio de los portadores de títulos que se vieron perjudicados por la quiebra del operador telefónico estadounidense en 2002.
El ex presidente de WorldCom, Bernard Ebbers, aceptó pagar cinco millones de dólares
en efectivo y ceder sus activos, en su mayor parte inmobiliarios, en
beneficio de los portadores de títulos que se vieron perjudicados por la
quiebra del operador telefónico estadounidense en 2002.
Con este acuerdo, quedarán saldados los pleitos civiles contra Ebbers,
mientras que en lo penal corre el riesgo de pasar el resto de sus años
entre rejas, después de haber sido declarado culpable en marzo de fraude
y de conspiración en la quiebra más importante de la historia de
Estados Unidos. La pena será decidida el 13 de julio en Nueva York.
El presidente y cofundador de WorldCom
llegó a un acuerdo con el estado de Nueva York por el cual los
portadores de títulos cobrarán un pago inicial de alrededor de cinco
millones de dólares en efectivo, según un comunicado del procurador
federal de Manhattan.
Ebbers debe transferir asimismo a un fondo de indemnización especial
"casi la totalidad del resto de sus activos", cuyo valor se estimó en
entre 25 y 40 millones de dólares.
Se trata de su propiedad de Clinton (Mississippi) que vale muchos
millones de dólares, que junto a su familia deberá abandonar antes del
31 de octubre, precisó el comunicado-,.
También contempla un reembolso de impuestos sobre el ingreso de
algunos millones de dólares, participación en diversas sociedades y
hasta terrenos de su propiedad.
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