viernes, 31 de julio de 2015

Vitrales: elaboración y técnicas

El vidrio decorativo ha encantado a los espectadores a lo largo de la historia, con su capacidad de reflejar y difundir la luz. El vitral contemporáneo es un arte interesante para los artesanos de todos los niveles. Se necesita una inversión inicial en equipos y suministros. Practica con patrones simples para comenzar. A medida que tus habilidades se desarrollen, pasa a diseños más grandes y más complejos. Un proyecto simple puede llevarnos a una larga vida de duración de interés por los vitrales.



Vitrales Boconó

Parte 1 de 3: Comenzar la fabricación

  
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    Elige un proyecto sencillo en el que puedas comenzar. Si eres nuevo en la fabricación de vitrales, no querrás ir muy lejos con demasiada prisa. Comienza con algo pequeño y simple que no requiera muchas partes.
        Por ejemplo, los principiantes pueden considerar la posibilidad de hacer un panel sencillo para colocarlo en una ventana. Opta por un proyecto que no tenga demasiados bordes afilados ni partes a las que tendrías que prestar atención. ¡Un panel simple para tu ventana puede ser un gran comienzo!
   
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    Elige un patrón. Debes encontrar un patrón que te guste y que esté a la altura de tus habilidades. Ten en cuenta cosas como la cantidad de piezas de vidrio que necesitarás y cuántos cortes y soldaduras deberás realizar. Si aún eres un principiante, es mejor elegir un proyecto más sencillo.
        Existe una gran cantidad de patrones gratuitos: puedes encontrarlos en Internet, en libros de la biblioteca, etc. La belleza de un patrón que ya está disponible es que no necesitas averiguar cómo lo harás, ya que ese trabajo ya está hecho para ti.
        Crea tu propio patrón. Puedes crear tu patrón basado en algo que viste a tu alrededor o tratar de reproducir uno que viste en algún lugar (como en un vitral de una catedral).
        Busca inspiración en libros y en la naturaleza. Los principiantes deben elegir un patrón que sea amplio y sencillo, como una flor (aunque ten en cuenta las curvas y los bordes afilados).
   
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    Elige un tipo de vidrio. Para este proyecto, usarás vidrio laminado. Existen dos categorías: vidrio catedral y opalescente. También deberás considerar cosas como el precio, la textura, el color y el grado de transparencia.[1]
        El vitral viene en láminas grandes. La lámina más pequeña mide aproximadamente 30 cm x 30 cm (1 x 1 pie) mientras que la más grande es cuatro veces ese tamaño. Compra vidrio suficiente para la envergadura de tu proyecto, pero ten en cuenta que aproximadamente un cuarto de todo lo que consigas no se utilizará después de hacer los cortes.
        El vidrio catedral tiende a ser de color claro o transparente. Se compone de vidrio transparente con colorantes añadidos. Para cortar este vidrio se requiere menos presión.
        El vidrio opalescente incluye vidrio blanco o de ópalo en su mezcla de colores. Por ejemplo, un azul opalescente es un vidrio azul que no es completamente transparente. Para cortar este tipo de vidrio, podría ser necesario aplicar más presión, puesto que el vidrio opalescente crea una densidad más alta que el de catedral.
        Si te interesa tener una mezcla interesante de claro y opaco, puedes combinar estos dos tipos de vidrio en tu proyecto. Ten en cuenta que su manipulación puede ser ligeramente distinta (como lo evidencia la presión necesaria para cortarlos). También hay un vidrio veteado que tiende a estar compuesto por vidrio catedral con vetas de ópalo mezcladas.


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    Compra el vidrio. El mejor lugar en el que puedes conseguir vitrales para tu proyecto es una tienda de materiales para vitrales. Puedes encontrar tanto equipos para fabricar vitrales como los vitrales mismos. También puedes conseguirlos en algunos de los más grandes almacenes o tiendas de artesanías, pero obtendrás una mejor selección en una tienda que venda específicamente vitrales.
        La mayoría del vidrio que compres viene en láminas de alrededor de 30 cm2 (1 pie cuadrado) y de 3 mm (1/8 de pulgada) de grosor. La lámina puede costar entre $6 a 20$ dependiendo del color y el detalle del vidrio, además de la fuerza y el brillo de los colores.
        También puede depender del lugar del que viene el vidrio. El vidrio proveniente de Europa costará más. A menudo se le conoce como vidrio antiguo, aun cuando haya sido fabricado en los tiempos modernos.
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    Reúne tu equipo. Necesitarás algunos equipos específicos para llevar a cabo tu proyecto. Puedes encontrar estos artículos en la mayoría de almacenes o tiendas artesanales, pero sobre todo en tiendas que vendan materiales para vitrales.[2]
        Cortador de vidrio: existen muchos tipos de cortadores de vidrio disponibles. El cortador a mano tiene la mejor flexibilidad y precisión en los cortes de plantillas. El cortador con forma de lápiz es excelente para los principiantes, así como para los que realizan cortes de trazo, puesto que se requiere una presión y control constante. El cortador con empuñadura de pistola es ideal para cortar vidrio grueso y también es una buena elección para los principiantes que no tienen suficiente fuerza en las manos.
        Alicate: para este proyecto no puedes utilizar el alicate común que tienes en casa. Necesitarás un alicate especial para romper el vidrio y cortar los bordes así como otro para realizar cortes largos en el cristal.
        La lámina de cobre viene en una variedad de anchuras dependiendo de la que necesites para el vidrio. Este material se usa para mantener juntas a las piezas de vidrio mediante el adhesivo colocado en un lado. Si vas a usar vidrio catedral (vidrio transparente), la parte posterior será visible, así que asegúrate de usar el color adecuado para tu proyecto.
        Soldador y alambre de estaño: este alambre es una mezcla de estaño y plomo. Mientras mayor sea la cantidad de estaño que contiene, menor será el punto de fusión, lo que significa que fluirá con mayor rapidez y con un acabado más plateado. En lo que respecta al soldador, necesitarás uno diseñado para fabricar vitrales con un mínimo de 75 vatios. Vienen con puntas de tamaños diferentes dependiendo de tu proyecto.
        Esmeril: si no tienes acceso a un esmeril, puedes usar una piedra de carborundo para pulir los bordes de tu vidrio después de cortarlo. Si puedes conseguir un esmeril, uno eléctrico sería ideal para lidiar rápidamente con los bordes afilados.
   

Parte 2 de 3: Fabricar tu vitral

 
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    Crea tu plantilla. Dibuja, copia o imprime tu patrón en un pedazo de papel cuadriculado que sea del tamaño real. Corta el patrón en piezas separadas y etiquétalas por color y dirección de la veta. Coloca el patrón debajo del vidrio y traza el contorno con un marcador permanente delgado.[3]
        Deja un espacio de un centímetro o menos para el grosor de la lámina de cobre entre las piezas.
        Utiliza un bolígrafo negro especial o un marcador permanente para marcar el vidrio.
        Si tienes acceso a una caja de luz, podría ser sumamente útil para trazar el patrón sobre el vidrio.
   
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    Marca el vidrio. Sujeta el cortador de vidrio entre tu pulgar y tu índice presionando la punta entre este último y el dedo medio. Presiona el cortador con suavidad sobre el vidrio, utilizando una regla de metal recubierta de corcho en la parte posterior a fin de hacer un corte recto. Colócala en un punto lejos de tu cuerpo y comienza a rayar hacia adentro.[4]
        Asegúrate de aplicar la cantidad de presión adecuada. Debes escuchar un sonido claro y fino a medida que rayes el vidrio. Si aplicas muy poca presión, la ruptura no seguirá la línea marcada y, si aplicas demasiado, harás que tu cortador se desgaste innecesariamente al igual que tu muñeca y codo.
        Mueve tu patrón rotando el vidrio según sea necesario para mantener la forma correcta. Asegúrate de que la línea marcada vaya de extremo a extremo.
  
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    Corta el vidrio. Hay unos cuantos métodos diferentes para cortar el vidrio dependiendo del tamaño y de la curva. Desde luego, el objetivo es cortarlo a lo largo de las líneas marcadas para que se rompa con facilidad y te quedes con las formas que necesitas.
        Para las partes rectas, tan pronto como veas que se forma una línea, coloca el alicate en la grieta y apriétala para separar ese pedazo. También puedes sujetar el vidrio en cualquier lado de la ruptura y quebrarlo con tus manos.[5]
        En el caso de las secciones curvas, utiliza el cortador de vidrio para romper el cristal siguiendo las marcas. No te preocupes si la pieza se rompe un poco de manera irregular, ya que puedes deshacerte de los bordes más adelante si es necesario, siempre y cuando mantengas las curvas suaves. Si las curvas son pronunciadas, realiza una serie de curvas superficiales para que no se rompan por sí solas.[6]
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    Esmerila los bordes. Una vez que hayas cortado todas las diversas piezas, es momento de esmerilar los bordes filosos y asegurarte de que todo esté suave. Hazlo con cuidado y paciencia de modo que no rompas ninguna parte del vidrio.
        Coloca nuevamente las piezas a lo largo del patrón de manera que puedas esmerilar el vidrio de acuerdo a las líneas del diseño. Esto garantizará que todo encaje bien cuando sea el momento de juntar las piezas.
        También es una buena idea construir un marco alrededor de las piezas después de haber terminado de esmerilarlas y encajarlas. De esta manera, no se deslizarán cuando envuelvas el vidrio.
   
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    Envuelve el vidrio. Cubre los bordes del vidrio con láminas de cobre de 5 mm (7/32 in). Asegúrate de que la lámina esté centrada o podría verse un poco raro al final. Puedes hacerlo a mano o con un dispositivo para envolver.
        Una vez que hayas decidido el grosor de tu lámina de cobre, necesitas retirar el protector de la lámina. Asegúrate de centrar el vidrio correctamente en la cinta y de presionarla con firmeza a lo largo de todos los bordes cortados.
        Presiona la lámina firmemente con un depresor lingual o algún otro instrumento firme. Esto garantizará que la lámina se adhiera al vidrio. Deberás asegurarte de que la cinta esté firmemente adherida y uniforme. Si una sección se aglomera en un punto, arráncala y comienza de nuevo.
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    Añade fundente a la lámina de cobre. Si bien el fundente ayuda a que el estaño fluya entre las piezas cubiertas con cobre, no es completamente necesario. Sin embargo, te puede facilitar las cosas a largo plazo
        Aplica fundente en todas las superficies cubiertas con cobre antes de soldarlas.
        El fundente en gel es el material más fácil y maleable de usar, aunque también puedes probar su forma líquida.
   
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    Suela el vidrio. Soldar el vidrio requerirá un poco de tiempo y paciencia. Existen varias cosas diferentes que necesitas hacer para asegurarte de soldar adecuadamente. Deberás juntar las piezas, colocar el alambre de estaño en las uniones y finalmente aplicar el fundente.
        Para juntar todas las piezas, aplica puntos pequeños de fundente en las áreas deseadas y derrite encima una gota pequeña del alambre de estaño. Una vez que hayas juntado todas las partes, puedes comenzar a aplicar el estaño en las uniones.
        Lo primero que debes hacer es agregar fundente en todas las uniones y luego aplicar una cantidad pequeña y llana de estaño en todas ellas. Asegúrate de cubrir por completo toda la lámina de cobre.
        Aplica una capa nueva de fundente en las uniones, luego derrite una cantidad mayor del alambre de estaño sobre ellas. Pasa tu soldador de un lado al otro para crear una soldadura de estaño fundida. Una vez que hayas soldado una sección, levanta el soldador para crear una línea de soldadura fina.
  
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    Enmarca tu creación. El enmarcado no es absolutamente necesario pero puede crear un lindo acabado para tu proyecto. Puedes usar un marco de zinc o un canal de plomo, lo que requiere más soldadura, siguiendo exactamente los mismos pasos descritos anteriormente.
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Parte 3 de 3: Evitar los problemas comunes

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    Cuidado con los huecos entre las piezas. Especialmente si eres principiante, puedes arruinar el trabajo al momento del cortado o esmerilado. Esto hará que queden agujeros entre las piezas.[7]
        Compensa estos errores al rellenar los huecos entre las piezas de vidrio con soldadura de cobre. Suelda como lo harías normalmente.
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    Evita estos problemas al marcar tu vidrio. Existen muchas cosas que pueden salir mal al momento de marcar tu vidrio y la mayoría se relaciona con tu postura, con la cantidad de presión que ejerces y con el tipo de cortador que utilizas.[8]
        Asegúrate de tener una buena postura al momento de hacer marcas prolongadas. De esta manera, tendrás un mayor alcance al utilizar tu hombro y parte superior del cuerpo para hacer las marcas. Para hacer marcas pequeñas, asegúrate de estar sentado a fin de poder permanecer concentrado en seguir las líneas marcadas.
        Utiliza el cortador de vidrio adecuado. No uses un cortador de vidrio barato, ya que no corta muy bien el vidrio transparente y delgado ni mucho menos el vidrio artístico que es mucho más duro. Compra uno que tenga una punta de carburo, pues la lubricación es muy útil.
        Asegúrate de aplicar una presión constante a lo largo de las líneas marcadas. Recuerda que debes escuchar un sonido claro y fino a medida que cortas. También debes recordar otra cosa: el vidrio opalescente requiere más presión mientras que el vidrio catedral requiere menos.


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    Lidia con los problemas al momento de soldar. Al igual que al marcar, soldar el vidrio puede producir algunos problemas si no lo haces correctamente. Asegúrate de que el calor sea el adecuado, que la punta del soldador sea del tamaño correcto para el proyecto y que el fundente que uses sea bueno en altas temperaturas.[9]
        Usar el tipo incorrecto de fundente puede producir un efecto de carbonización, también llamado “síndrome de la punta negra”. Cuando esto ocurre, significa que la punta del soldador se vuelve negra y se hace imposible volver a colocar más estaño.
        Utiliza la punta de soldador adecuada. Asegúrate de saber el ancho del vidrio con el que trabajas y utiliza la punta y el cobre a una distancia adecuada.





  

Algunos Consejos


    La práctica es esencial para hacer vitrales verdaderamente buenos (Practice makes the Master). Probablemente las primeras veces tus creaciones no sean perfectas, ¡pero no te preocupes! Aprenderás cosas nuevas con el tiempo.
    Puedes romper el vidrio si colocas la parte marcada sobre un borde y la golpeas con tu mano.




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