Apreciado lector los teléfonos móviles forman parte de tu vida y de tu experiencia diaria de navegación por la red, mas y mas modelos inundan el mercado, nuevas tecnologias y nuevas ergonomias, nuevos diseños, mas marcas, nuevos Sistemas de Operación (SO) y nuevas aplicaciones, la mayoría de los críticos y analistas coinciden en que Microsoft y Nokia han conseguido poner en el mercado una buena gama de terminales, razonablemente competitivos con respecto a las alternativas existentes. Lo cual, unido a las relaciones que tanto la empresa Redmond, Oregon como la de Finlandia,UE atesoran con actores importantes en la industria, debería proporcionarle oportunidades significativas en cuota de mercado. La adquisición de Motorola Mobile por parte de Google hará interesantes algunos desarrollos.
Sin embargo, todo indica que sigue faltando un ingrediente fundamental: las aplicaciones. Frente al parque de más de quinientas ochenta y cinco mil aplicaciones (585.000) disponibles en la App Store de Apple y las más de cuatrocientas cincuenta mil (440.000) disponibles para SO Android en Google Play, Windows y BlackBerry palidecen con unas setenta mil aplicaciones cada uno, apenas. El resultado es evidente: para todo aquel que tenga cierta familiaridad o referencias de los dos primeros entornos, pasarse a cualquiera de los dos segundos implica encontrarse de repente en un páramo sombrío en el que muchas de las aplicaciones que conoce o de las que oye hablar no están disponibles, mientras se ve rodeado por otras ofertas de muy dudosa calidad. Apple no escatima gastos para producir lo mejor y por doquier hay un iStore, sus creaciones Apple II Plus, Lisa, MacIntosh, iPod son leyendas, revoluciones.
La versatilidad del SO Android proviene de ser Open Source, cualquier desarrollador puede emprender su proyecto de aplicación, el límite es solo la imaginación.
Así que, del mismo modo que Steve Ballmer por Microsoft voceaba en un escenario su “Developers, developers, developers…“, Microsoft ha decidido poner coto al problema. ¿Cómo? Sencillamente, sacando la chequera y colaborando con cantidades que oscilan entre los sesenta mil y los seiscientos mil dólares, en función de la complejidad y el atractivo de la aplicación, a aquellos desarrolladores que opten por adaptar sus creaciones al entorno del Windows Phone. El programa comenzó antes de que el desarrollo de terminales y sistema operativo estuviese finalizado, y parece ser que en la mayor parte de los casos consiste en pagos a un tercero, no directamente al desarrollador, para que se haga cargo de todo lo necesario sin detraer recursos ni alterar las prioridades del mismo. Una aproximación destinada a hacer atractiva la presencia de la aplicación en el entorno Windows en modo hands-off que podría probarse efectiva durante las primeras etapas, pero que podría resultar comprometida de cara a la evolución y futuras versiones de las aplicaciones: ni es de esperar que Microsoft quiera seguir pagando a terceros para trasladar a su entorno los nuevos desarrollos que las aplicaciones vayan incorporando, ni que los desarrolladores quieran – sepan – puedan hacerse cargo ellos mismos de evolucionar un código que fue “creado en otro sitio”.
En cualquier caso, es una prueba más de la importancia de las aplicaciones y del ecosistema de desarrollo en el éxito de las plataformas de telefonía: aunque los números puedan parecer absurdos a primera vista (¿pueden no ser suficientes setenta mil aplicaciones?), la realidad indica que un ecosistema, para ser percibido como vivo y dinámico por sus usuarios, requiere de muchas más. Según muchos, al día de hoy, la cosa es tan sencilla como que 'apps sell phones', las aplicaciones son las que venden los teléfonos móviles: muchos usuarios determinan la compra de uno u otro terminal en función de las aplicaciones que saben que van a tener disponibles en él. Microsoft financió el año pasado más de ochocientos cincuenta talleres de desarrollo de aplicaciones en todo el mundo, más del triple que el año anterior y seguramente menos de los que ofrecerá este año, en un movimiento claramente destinado a reforzar dicho ecosistema y hacerlo atractivo a los desarrolladores. Además, se esperan condiciones de monetización diferencialmente interesantes, que contrastan con la necesidad de ofrecer un número significativamente elevado de aplicaciones gratuitas para reforzar el atractivo de la plataforma a los usuarios. No olvidemos que el Sistema de Operación de un computador por si solo no hace nada por el usuario, son las aplicaciones ofimáticas tipo MS Office las que dan vida al sistema.
Una ecuación, sin duda, difícil de equilibrar, y una muestra de cómo un factor externo, la comunidad de desarrollo que rodea a una plataforma, puede convertirse en una fortísima barrera de entrada a una industria. Industria que, no lo olvidemos, será tanto más atractiva para los usuarios cuanto más competitiva y más actores razonablemente exitosos se mantengan en ella y los nuevos talentos que sea capaz de atrer sobre sí. Los tiempos están cambiando, a la hora de comprar su smartphone considere la comunidad de desarrolladores, allí está la mayor fuente de valor de su terminal smartphone. Recuerde la Industria Automotriz Buen Coche y Excelente repuestos-servicio Post-Venta, constituyen el sello de las mejores marcas.Todos estamos interrelacionalos, somos parte del todo, el todo es solo uno.
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