El Sumo Pontífice Francisco se asomó a la ventana de su estudio
personal en el Palacio Apostólico y ante decenas de miles de personas
congregadas en la Plaza de San Pedro pronunció el 'Regina Coeli', la
oración que en tiempo de Pascua sustituye al Angelus.
El Papa Francisco |
Ciudad del Vaticano.- El Papa Francisco
pidió hoy cambiar el odio por el amor, la mentira por la verdad, la
venganza por el perdón y la tristeza por la alegría, durante el rezo del
primer "Regina Coeli" (Reina del Cielo) de su pontificado.
Al mediodía de este lunes, fiesta en Italia y El Vaticano, el pontífice se asomó a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico y ante decenas de miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro pronunció la oración que en tiempo de Pascua sustituye al Angelus.
Como ha hecho en otras ocasiones, saludó a la multitud con un "buenas tardes" coloquial y las despidió con un "Feliz Pascua y buena comida!". Frases que le granjearon la simpatía de los presentes.
"Cristo venció el mal en modo pleno y definitivo, pero corresponde a nosotros a los humanos de todo tiempo, acoger esta victoria en nuestra vida y en aquellas realidades concretas de la historia y de la sociedad", dijo en italiano.
De hecho nuevamente habló sólo en italiano, como en otras ocasiones en las cuales dejó de lado los saludos en diversos idiomas que sus mismos colaboradores de la Santa Sede le habían preparado.
Más adelante el Papa sostuvo que la gracia contenida en los sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales.
"Pero todo pasa a través del corazón humano: si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si le permito de cambiarme en mi aspecto que no es bueno, que puede hacer mal a mí y a los otros, yo permito la victoria de Cristo de afirmarse en mi vida, de alargar su acción benéfica", indicó.
"¡Este es el poder de la gracia! Sin la gracia no podemos nada. Y con la gracia del bautismo y de la comunión eucarística puedo convertirme en instrumento de la misericordia de Dios".
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Al mediodía de este lunes, fiesta en Italia y El Vaticano, el pontífice se asomó a la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico y ante decenas de miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro pronunció la oración que en tiempo de Pascua sustituye al Angelus.
Como ha hecho en otras ocasiones, saludó a la multitud con un "buenas tardes" coloquial y las despidió con un "Feliz Pascua y buena comida!". Frases que le granjearon la simpatía de los presentes.
"Cristo venció el mal en modo pleno y definitivo, pero corresponde a nosotros a los humanos de todo tiempo, acoger esta victoria en nuestra vida y en aquellas realidades concretas de la historia y de la sociedad", dijo en italiano.
De hecho nuevamente habló sólo en italiano, como en otras ocasiones en las cuales dejó de lado los saludos en diversos idiomas que sus mismos colaboradores de la Santa Sede le habían preparado.
Más adelante el Papa sostuvo que la gracia contenida en los sacramentos pascuales es un potencial de renovación enorme para la existencia personal, para la vida de las familias, para las relaciones sociales.
"Pero todo pasa a través del corazón humano: si yo me dejo alcanzar por la gracia de Cristo resucitado, si le permito de cambiarme en mi aspecto que no es bueno, que puede hacer mal a mí y a los otros, yo permito la victoria de Cristo de afirmarse en mi vida, de alargar su acción benéfica", indicó.
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