Mientras en octubre pasado el nivel de precios del crudo alcanza su nivel más bajo en los últimos cuatro años ($83/b), la OPEP, en conjunto, registra en septiembre su nivel de producción más alto en los dos últimos años: 30,84 millones de b/d vs 31,06 b/d en noviembre 2012.
Si bien en octubre la producción OPEP desciende en 120.000 b/d, la variación no se debe a una decisión colectiva de reequilibrar el mercado mundial sino a pequeñas variaciones en Angola y Nigeria las cuales no modifican el alto nivel actual alcanzado.
Las estimaciones recientes de los analistas más autorizados del enrevesado mercado mundial de la energía, pronostican que la reunión ordinaria de la OPEP, programada para el próximo lunes 27 de noviembre en Viena, no acordará una reducción en las cuotas de producción de sus doce miembros. Y si ocurre algún tipo de resolución al respecto, esta no dejara de ser “window-dressing” o maquillaje para ocultar el consenso venido a menos entre sus miembros en cuanto a política de producción del crudo.
Preservar la cuota de mercado: implica sacrificar profit.
Para las naciones productoras de crudo incorporadas en la OPEP el tema de decisión no es tanto la reducción de los volúmenes de producción aprobada de manera colectiva sino la de proteger su cuota actual del mercado y evitar el desplazamiento de su oferta convencional por el suministro facilitado por las nuevas tecnologías de extracción. Estas han facilitado la presencia de nuevos exportadores que han volcado su oferta en competencia con los exportadores tradicionales y han quebrado el equilibrio existente.
Los voceros de algunas naciones miembros con un nivel de producción de segundo rango, han expresado su criterio positivo en cuanto a la adopción de una reducción de los volúmenes colocados en el mercado mundial por parte de la OPEP.
Según ellos, una tal decisión permitiría recuperar un equilibrio centrado sobre el actualmente casi mítico precio de $100/b. No he visto precisión sobre cuál sería el monto del recorte ni cuál sería la distribución del racionamiento asumido. Un primer cálculo indica la necesidad de restar por lo menos un millón de b/d.
Varios factores inciden en negar tanto la posibilidad como la conveniencia de semejante formula:
I) dicho volumen sería reemplazado por productores no-OPEP con lo cual la perdida de mercado se acentuaría;
II) los principales productores de la OPEP, entre ellos Arabia Saudí, Irán y Kuwait, han rechazado públicamente dicha fórmula;
III) otros países tales como Libia e Irak están decididos a aumentar su producción;
IV) frecuentemente se olvida el limitado apalancamiento de la OPEP en establecer los equilibrios en cuanto a la realidad miltifactorial de precio/producción/ingresos totales/ cuota de mercado. La Organización contribuye algo menos de uno cada tres barriles presentes en la oferta mundial. De estos, uno de cada tres se origina en Arabia Saudí la cual administra su posición dominante como miembro “alfa” según sus intereses y criterios.
V) el más reciente “forecast” de la OPEP estima una disminución de la demanda para sus productos en el 2015 la cual descenderá al nivel de los 29,20 millones de b/d. frente a un incremento de la demanda mundial estimada solo entre 500.000 b/d a 1.000.000 b/d.
Solo si se dieran “circunstancias anormales”, declaró su Secretario General Abdullah el-Badri la semana pasada, pudieran colocarse unos 30 millones de b/d, cifra equivalente a la del 2014.
O sea, la mayor probabilidad en cuanto al desenlace reside en la búsqueda por parte del mercado de un equilibrio independiente de la reducción de un millón de b/d por parte de la OPEP.
Por lo tanto, luce insensato proponer una reducción voluntaria adicional la cual contribuiría directamente a un debilitamiento de la cuota de mercado de la OPEP y principalmente de algunos de sus miembros sin poder garantizar un aumento del nivel de precios.
El resultado neto para los promotores de la reducción oficial, entre ellos Venezuela, sería la disminución de sus ingresos totales y un desequilibrio fiscal aun mas grave.
Es difícil de justificar la “posición adelantada” promovida por Venezuela en cuanto a la convocatoria con toda urgencia de una reunión extraordinaria de la OPEP sin haber calibrado las realidades del mercado y el posicionamiento de nuestros socios productores.
OPEP, como cartel de cooperación competitiva, está sujeta a las realidades de un mercado energético cada vez más diversificado en cuanto a sus tecnologías de extracción.
Si la OPEP ha de seguir funcionando como fulcro importante de la política energética mundial, entonces debe aceptar la neutralización de su casi-monopolio en la fijación de los precios de exportación del crudo frente a nuevos mega-exportadores como Rusia.
A la vez, se torna cada más laborioso conciliar los enfoques de un miembro exportador como Libia con una producción de 200.000 b/d a principios del 2014 con los de Arabia Saudí con una capacidad 50 veces superior.
En la Cumbre Internacional de Energía celebrada en Singapur durante los últimos días de octubre con la participación de 10.000 asistentes, Maria van der Hoeven, directora ejecutiva de la Agencia Internacional de Energía, afirmó:
“No debemos asumir como dogma que OPEP regrese a su viejo rol como el productor bisagra”.
Arabia Saudita absorbe los precios del petróleo más bajos
A medida que el precio del crudo Brent sigue su caída aparentemente implacable - por más del 20 por ciento desde un máximo a mediados de junio de $ 115 por barril a $ 90 el miércoles - una serie de teorías de la conspiración han comenzado a hacer las rondas.
La mayoría se centran en Arabia Saudita - el mayor productor de la OPEP - y su aparente renuencia a reducir la producción de una manera significativa para apoyar el precio del petróleo.
Para bien o para mal, la opinión de consenso es que Arabia Saudita está tratando de agarrar (o al menos a proteger) la cuota de mercado mediante el mantenimiento de la producción y la reducción de sus precios oficiales de venta a Asia - podría decirse que el único mercado en crecimiento para el aceite.
"La conclusión clara que se desprende de la política de precios Arabia Saudita es que va a competir por cuota de mercado y ya no se ve a sí mismo como el productor swing para más de quizás 500.000 barriles por día, lo que en el contexto del excedente potencial no es significativo" dice David Hufton, de PVM, una casa de valores.
Sin embargo, algunos observadores del mercado del petróleo no están convencidos por esta explicación. Ellos piensan que hay más a la renuencia de Arabia Saudita a la menor producción.
Teoría de la conspiración Nº 1:
La razón por la que los saudíes están sosteniendo esta acción a cabo es porque podían estar en una alianza con los EE.UU., en un intento de hacer daño a Rusia en medio de la crisis en Ucrania. La caída en los precios del petróleo ha supuesto un gran éxito para las arcas del gobierno ruso. La mitad de los ingresos del Kremlin son generados por las exportaciones de petróleo y de gas-aceite indexados (que constituyen dos terceras partes de todas las exportaciones rusas).
Problema aquí es que los EE.UU. también necesita los precios del crudo más altos para mantener su producción de petróleo no convencional, es decir el Shale Oil, o petróleo de Esquistos, una costosa y contaminante tecnología energértica.
Teoría de la conspiración Nº 2:
En el otro lado del espectro está el argumento de que esto es un ataque a la industria de la pizarra de los Estados Unidos, el cual, algunos argumentan, ha erosionado la importancia de Arabia Saudita y otros productores del Golfo. Una caída sostenida en el precio del petróleo podría poner muchos perforadores y otras personas que trabajan el sector petrolero "apretada" de los Estados Unidos en una situación difícil, reducir la producción.
Pero esta táctica requeriría una voluntad más fuerte. Dadas las grandes ganancias de productividad en los Estados Unidos la producción de petróleo de esquisto en los últimos años mucho se necesitarían nuevas caídas en el precio - en alrededor de $ 85 por barril - para una mayor duración, antes de la curva de costos de la industria está muy perturbado. Además, esta estrategia sólo sería paralizar la producción, no detener por completo.
Entonces, ¿qué está pasando? Cabezas más frías dicen que es todo acerca de la disciplina en el cártel de la OPEP.
Arabia Saudita ha sido tradicionalmente el país invocado para equilibrar el mercado. Cuando el mercado se había terminado suministrado, Arabia Saudita redujo la producción, y cuando se produjeron interrupciones (como con Libia después de la primavera árabe y Nigeria como resultado de robo de crudo en los últimos años) sería bombear más.
Arabia Saudita no es ajeno al uso de su influencia y durante mucho tiempo ha dado forma a la política de la OPEP. Pero la perspectiva de mayores suministros de la OPEP (de países como Libia, Irak y posiblemente Irán) significará Arabia Saudita debe garantizar compañeros caen en línea con los objetivos de producción futuros y recortes, incluso si sus economías domésticas siguen siendo débiles.
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Algunos analistas dicen que un poco de dolor ahora puede sentar las bases para un debate serio antes de la reunión de este mes de noviembre la OPEP.
"Arabia Saudita está en un punto dulce en este momento", dice Laura El-Katiri, un investigador en el Instituto Oxford para Estudios de Energía, al escribir sobre el petróleo y el Medio Oriente. "Sí, ellos han comenzado a recortar la producción un poco, pero están haciendo una declaración mediante la reducción de los precios. La cuota de mercado es más importante que el precio del Brent en este momento. Si los precios caen demasiado bajo, es posible que decidan cortar, pero todavía no es un momento de pánico. Esta es una decisión comercial que están haciendo ".
Pero, al mismo tiempo, Arabia Saudita sabe que hay otros miembros de la OPEP, así como otros productores, como los EE.UU., que no van a ser capaces de hacer frente a un menor precio del petróleo, dice la Sra El-Katiri.
"A pesar de que Arabia Saudita está mirando hacia fuera para sí mismo en este momento, no son triste que otros productores están sintiendo el dolor."
Mercado Petrolero: Prospectiva 2015
El marcador Brent oscilará entre 80 y 90 $/b. El barril venezolano podría promediar alrededor de los $80.
El descenso de los precios del combustible energético afectará los
ingresos de las naciones exportadoras para quienes un porcentaje
significativo de su PNB depende de la salida del crudo pero también
impactará negativamente los proyectos de extracción de alto costo y
tenderá a frenar o eliminar las inversiones en aguas ultra-profundas y
en la producción de gas y petróleo provenientes de la formación de
lutitas.
Por lo tanto, los ganadores o los sobrevivientes de este nuevo
equilibrio dinámico velarán por el costo de producción del barril
promedio.
Los hay desde Arabia Saudí a $5/b hasta Venezuela cuyo costo de
producción incluye una sobrecarga social directa, lo cual lo eleva a
unos $30/d, hasta el petróleo y gas provenientes de los esquistos cuyo
costo de producción varía desde los $50/b hasta los $100/b según la
naturaleza de los yacimientos.
En el caso específico del crudo extrapesado de la Faja del Orinoco en
Venezuela, el costo de producción puede ser algo superior a $50/b.
Una sorpresa innecesaria
Resulta aleccionador poder ver como el desarrollo de una nueva
tendencia, de la irrupción de un factor dinámico inédito, a pesar de
estar a la vista sin muchos regodeos, pasa desapercibido hasta el
momento cuando el anterior equilibrio se viene abajo y entonces casi
todos se sorprenden de ver una nueva realidad.
Por ejemplo, en el caso del aumento de la producción de crudo por
parte de los EE.UU. las señales estaban claras: si nos hubiéramos
fijados en el nivel de producción correspondiente a enero del 2012 de
unos 10.804.581b/d y, un año más tarde, lo hubiéramos comparado con las
cifras de enero del 2013 de unos 11.595.999 b/d, el volumen “delta”
resultante indica un aumento de unos 800.000 b/d en solo 12 meses.
El mismo ejercicio para enero del 2014 arroja 12.935.129 b/d para otro incremento de unos 1.300.000 b/d.
Obviamente, la introducción sostenida en el mercado mundial de 2
millones de b/d adicionales durante dos años no puede sino alterar
radicalmente el equilibrio al cual nos habíamos acostumbrado.
El ascenso causante del desequilibrio generado por la oferta
estadounidense no se detendrá a corto plazo. En solo los primeros seis
meses del 2014, la producción USA vuelve a dar otro brinco para
colocarse en 14.016.516 b/d.
O sea, solo en los treinta meses a partir del 01.01.2012, los EE.UU.
han inundado el mercado mundial con algo más de 3 millones de b/d
previamente ausentes. La mayor parte la ha asignado a cubrir el déficit
de su oferta en el mercado nacional.
Este volumen es significativamente mayor que la capacidad y la
conveniencia de OPEP en cuanto a la reducción de sus cuotas de
producción acordadas.
En otras palabras, los EE.UU han reducido su dependencia del crudo
importado casi totalmente y, para escándalo de los descuidados, se ha
convertido en un exportador neto de unos 400.000 b/d con un real
potencial mayor.
No es fácil prever el cumulo de consecuencias derivadas de un nuevo
exportador neto de crudo en la escena global. Por ejemplo, el pasado
jueves 06.11 OPEP anuncia oficialmente que su producción de crudo
declinará más velozmente que las estimaciones previas.
Ahora, la Organización calcula una reducción de hasta 1.800.000 b/d para fines del 2017 en comparación con los niveles actuales.
Es decir, OPEP está por perder un 5% del mercado mundial al poder
colocar solo 28.200.000 b/d. Repito, no por una decisión colegiada de
reducción sino por la presencia de nuevos competidores.
Esa es la gran preocupación de Arabia Saudí cuyos expertos petroleros
seguramente habrán trazado un horizonte de la industria hasta por lo
menos el 2040.
Ver este enlace, documendo PDF: http://www.opec.org/opec_web/static_files_project/media/downloads/publications/WOO_2014.pdf
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