viernes, 14 de octubre de 2011

Vivir, emprender y trabajar en la Era Digital


¿Cuándo fue la última vez que te detuviste a observar el mundo? Si no tienes una respuesta clara a esta pregunta, te recomiendo pares un momento, y mires a tu alrededor: obsérvalo insertado en la Era Digital, en la era del conocimiento, la era de Internet, de las redes sociales, de las comunicaciones instantáneas, de las coordinaciones sin fronteras. Plataforma de las grandes revoluciones que están apenas comenzando; la Era Digital es una enorme oportunidad para tu vida, para tu hacer cotidiano, para tu trabajo, para tu empresa.
Hace apenas unos pocos años vivíamos en una era, la industrial, en la que las cosas se hacían de forma distinta. Sin celulares, sin Internet, las reuniones entre amigos había que pensarlas con anticipación, había que dejar algún espacio de tiempo para la coordinación, había que ocuparse en invitar a los panas antes de la última hora de clases. Y si no asistías a la fiesta, tenias que esperar a escuchar los cuentos en los próximos encuentros. Hoy basta con enviar un pin al grupo de amigos o postear el evento en facebook. Mientras la rumba pasa, flashes vienen y van. Con rapidísimos movimientos de pulgar, los asistentes comparten la historia con amigos y seguidores. En tiempo real, la fiesta deja de ser un asunto de unos pocos y pasa a ser la conversación de muchos. De los presentes en el espacio físico, y de los presentes en el espacio digital. Del momento actual en tiempo real, y de los días siguientes, después de la resaca o ratón. Las presencias, las distancias, el aquí-ahora, no son los mismos. La Era Digital cambió nuestra relación con el espacio y con el tiempo.
Así como esto pasa en las fiestas, pasa en la mayoría de nuestras interacciones cotidianas. Pasa en nuestro hacer del día a día, en la forma cómo hacemos las cosas, en todas nuestras “prácticas”. Ya está pasando, o pasará pronto, en nuestro trabajo. Hoy buena parte de nuestras interacciones sociales están a la vista en Internet o surgen en ella. Hoy hay en el mundo más de más de 5 mil millones de celulares en uso, más de 2 mil millones de usuarios en Internet, más de 750 millones de usuarios en facebook. Imaginemos ahora, la enorme cantidad de conversaciones que se están dando en el espacio digital. Así, continúa creciendo un enorme crisol de culturas y experiencias, entrelazándose en conexiones nunca antes vistas de propósitos y esfuerzos.
Todavía hoy muchas empresas sienten vértigo e intentan restringir el acceso a Internet en sus oficinas. Olvidan que hoy Internet no está sólo en la computadora que proveen al empleado y que intentan controlar: está en cada uno de los dispositivos móviles, que recorren libres caminos incontrolados del espacio digital. Algunas empresas más entusiastas, ven en las redes sociales una nueva oportunidad de mercadeo, o un canal de distribución. La Era Digital es mucho más que eso. Más pronto que tarde, exigirá todo de nosotros. Afectará cada una de nuestras prácticas. Modificará nuestro hacer cotidiano, desde la cosa más banal hasta la más relevante, del ámbito personal y del profesional. De nuestra vida privada y de la pública, en el hogar y en el trabajo.
Algunas empresas, nativas digitales, viven hoy plenamente en la Era Digital. Han asumido el reto de tener prácticas coherentes con esta forma de vivir, y lideran en la creación de productos y servicios que sorprenden al mercado. ¡Aprendamos de ellas!
Aprendamos de Líderman (www.jvresguardo.com) una empresa de seguridad con más de 7000 vigilantes, que logró establecer relaciones de confianza con cada uno, comunicándose transparentemente en todo momento con todos sus colaboradores. De Zappos (www.zappos.com), que cambió la experiencia de comprar zapatos por Internet, con un servicio verdaderamente cercano y personal a cada cliente. De Zipcar (www.zipcar.com) que provee al cliente alquiler de carros por horas, retirándolo de centenares de ubicaciones en una misma ciudad. Estas empresas reconocieron oportunidades en la Era Digital y transformaron industrias aparentemente consolidadas, imponiendo nuevas prácticas con ideas aparentemente simples, apalancadas en nuevas formas de organización.
Hace un par de semanas celebré los 23 años de mi primer emprendimiento en el área del desarrollo de software (www.dbaccess.com). Mirando hacia atrás, hemos disfrutado mucho vivir tan intensamente el comienzo de la era del conocimiento.
En algún momento entendimos que para lograr nuestros propósitos teníamos que ser una organización de la Era Digital. Dijimos adiós a los organigramas -que plantean jerarquías y la división del trabajo de la Era Industrial- y comenzamos a vernos a nosotros mismos como una red de personas que comparten propósitos y agregan valor.
Para hacer realidad esa red que dibujamos en un pizarrón, aprendimos a observar la manera en que trabajamos, a proponer mejores formas de hacerlo y crear prácticas que todos estamos comprometidos a seguir en la organización.
Comenzamos por no hacer búsqueda y selección de personal, sino a atraer y conectar colaboradores que se acoplen y compartan nuestros propósitos. Colaboradores a los que no damos instrucciones; a los que explicamos el contexto, propiciando la búsqueda de soluciones co-construidas. No tenemos horarios, ni lugares fijos de trabajo, pues ponemos el foco en el compromiso, la responsabilidad y los resultados. Nos gustan las cosas bien hechas y nos esforzamos para ser impecables. En conversaciones francas, damos feedback continuamente. De esa forma, producimos un ambiente flexible y a la vez de excelencia. Construimos confianza, confiando en nuestra gente.
A partir de esta entrega, inicio una serie de artículos sobre la Organización en la Era Digital. Me enfocaré en escribir sobre éstas y otras prácticas. Si les interesa el tema, los invito a que se den un tiempo para analizar la actual realidad y para que comiencen a imaginar, conversar y diseñar con sus equipos de trabajo cómo puede ser su propia organización insertada en la Era Digital.
Las empresas inteligentes harán lo que sea necesario para lograr que lo inevitable suceda cuanto antes: Tesis 57 del Manifiesto de Cluetrain.
angelo@accede.net
@burgazzi  en Twitter.
El autor es emprendedor, especialista en tecnología de información, fundador y director de ACCEDE Espacio de Emprendimiento y de la organización DBAccess.

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